-T4- Capítulo 70 Sueños lúcidos y no tanto

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🍁Capítulo 70 «Sueños lúcidos y no tanto.»

En medio de su bostezo, Julia sentía que no había sido una mala noche, para no haber tenido muchas molestias en dormir. Pero aún más extraño, la almohada que su mano izquierda se había aferrado, estaba un poco dura, casi sentía cierta tosquedad y abultamientos extraños sobre la superficie. Por que lo apretó unas cuantas veces.

Hasta que una voz se escuchó arriba de su cabeza.

—Hoy, puedo no ir a trabajar.

Julia parpadeó tres veces sintiendo su cuerpo quedarse estático.
No le costó mucho el darle cuenta que es lo que en realidad estaba tocando era el abdomen de Hernán.

—¿Es una pesadilla?

—Tienes buenas pesadillas.
Deberías tenerlas seguidas.

En la búsqueda de su pérdida de razón, Julia trató de decir mil cosas en ese momento, pero en su mente solo pronunció:

Mierda.

Julia se apartó de inmediato de él y rodó su cuerpo tres veces hacia donde debió estar en un principio. Aunque de hecho casi cae al piso al no calcular bien la distancia de escape, sino fuera porque Hernán la agarró de su abdomen justo a tiempo.

Hernán pronunció agitado.

—¿Quieres que me infarte tan temprano en la mañana?

—Ni lo pienses, mi hijo no puede quedarse sin padre.

—Y yo no puedo quedarme sin los dos.

De forma rápida volteó hacia su frente el cuerpo de Julia, rodeando su cintura con sus brazos de forma exitosa.

En ese momento, Julia pareciera haberle erizado todos sus vellos por la impresión.
Exclamando de inmediato por la cercanía tan íntima.

—¡No te aproveches!

Hernán la abrazó aún más.

—Pareces un gato huraño.

Julia se excusó desesperada.

—¡No fue intencional abrazarte!

—Parece que tu subconsciente, sí.

—Mi subconsciente está jodido. –mostró una expresión sombría.

—Julia...
Se sienten más grandes.

—¿Qué cosa?

—Tus bustos.

El hilo de paciencia ya sabía roto en Julia.

—¿Quieres que te golpeé aquí abajo? Mira que ya tienes descendencia en camino y no habrá mucho qué perder.

Hernán la soltó de inmediato dando un suspiro.

—Bueno, por lo menos dormiste cómoda. –Se levantó de la cama, arrodillándose sobre este.

Julia al verlo fijamente hacia su rostro, notó que debajo de sus ojos estaban algo oscuros y parecían muy cansados.

Se levantó también arrodillándose frente a él y agarró su rostro con ambas manos, sorprendiendo a Hernán por su repentino tacto.

—¿Tienes más ojeras?

El rostro de Julia era de preocupación. Podría tener un carácter voluble para cada situación. Pero Julia jamás dejaría de preocuparse primero por los demás, que ella misma. Y eso lo sabía perfectamente Hernán.

—¿Crees que podría dormir contigo tan cerca?
Aún más siendo tan íntimamente abrazado. –Sonrió brevemente.

—¡Yo no quise!
Solo me había acostumbrado a dormir con tener algo entre mis brazos. –Por breves segundos, Julia se quedó pensando el porqué no agarró una almohada primero.—Y... No creo que esas ojeras sean provocadas por lo que hice. Cuando no podía dormir por el estrés, tenía también esas ojeras pronunciadas.

Ahora soy Juli@  |Finalizado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora