GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU"
Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más viejos y sabios de ésta se dedican a criar guardianes, seres con dones y particularidades tanto peculiares como especies "programados" a de...
Kailan Bennett comenzaba a sentir eso como un endemoniado bucle infinito sin escapatoria alguna y definitivamente no estaba dispuesta a soportar de esa carita de resignación en Barry Allen cada que lo ponían a caminar más de dos pasos. Podría tirarse al suelo a llorar por verle tan frustrado, por verlo tan molesto con todo el mundo en general, y simplemente se contenía porque sabía que Barry la necesitaba fuerte, siendo esa Kailan sarcástica y bromista al menos para eliminar ese mal sabor de boca que había tenido desde el maldito encuentro con Zoom aquella noche.
La semana más difícil para Kailan, para todos, desde que la pelirroja volvió a Central City.
—Muy bien, te tengo. —Joe, con una mano en la espalda de Barry, le aparta el bastón para que éste intentase hacerlo por su cuenta.
—De acuerdo.
Barry da unos pasos, sin tambalearse, y una pequeña sonrisa de satisfacción, alivio y orgullo comienza a nacerle a Kailan, hasta que éste trastabilla sin estabilidad alguna. Por inercia se levanta de su silla para hacer amago de acercarse a su mejor amigo y ayudarlo a mantenerse en pie, sin embargo, Caitlin la detiene tomándola con suavidad de la mano, negando con su cabeza. A la pelirroja no le queda más que aceptar.
—Ahora no puedo, ¿está bien? —Dice el castaño acercándose con al menos su torso hacia la silla eléctrica del antiguo Harrison Wells.
—Sí que puedes, Barr.
Él niega con la cabeza, literalmente lanzándose a la silla sin mucho ánimo de seguir en pie. Kailan suelta un suspiro, alejándose del tacto de Caitlin, y mira a su alrededor. Se siente verdaderamente afortunada de no estar pasando por algo así sola, de tener el apoyo del resto del Team Flash, incluida Iris West, que igual que ella estaba cerca de Barry en caso de que necesitase algo. No iba a admitirlo en voz alta ni aunque le pagaran una gran y buena cantidad de dinero, pero apreciaba la dedicación que tenía por la salud y recuperación de su mejor amigo.
