GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU"
Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más viejos y sabios de ésta se dedican a criar guardianes, seres con dones y particularidades tanto peculiares como especies "programados" a de...
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»32. Regresa a mí. «
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LA BRISA QUE BARRY siente en su rostro no le parece tan revitalizadora como normalmente lo haría, pero no se le podía culpar, en primera por el cansancio que cargaba encima desde hacía un rato después de haber estado corriendo aparentemente sin sentido por doquier, tratando de atrapar un algo que ni él sabía qué era, y en segunda, no corría a súper velocidad y eso le quitaba la diversión a todo.
Había despertado hacía ya lo que parecían horas, desorientado, en una pieza y no a retazos como él pensaba después de haberle caído un rayo por segunda vez en su vida, dentro de su vieja habitación de la infancia en aquella casa que no había pisado desde los once años y desde entonces qué no había parado de correr. Después de tener una plática bastante peculiar y corta con No-soy-Joe, la encarnación de la Speed Force le había dicho que podría irse hasta que atrapase una sombra veloz y sin forma exacta, y así lo había hecho hasta ese momento. Perseguía sin sentido -o al menos él lo veía así- aquel individuo muy a su pesar, con miedo, con angustia, con el corazón oprimido en su pecho por la incertidumbre de pensar en lo que sería de Kailan, de su chica, al estar él dentro de la fuente de sus poderes. Por dios, es que la chica debería de estar destrozada, pensando en que él había muerto cuando en realidad estaba intentando por todos los medios volver a ella.
Necesitaba regresar, y pronto.
El castaño se detiene unos segundos a tomar aire, dándose cuenta hasta ese momento que se encontraba en el parque de Central City, justo frente la gran extensión de agua que rodeaba las costas de la ciudad. Alza la vista, revisando el panorama y siente cómo la respiración se le corta en cuanto una cabellera pelirroja bastante conocida entra en su campo de vista. Se endereza en su lugar, mirando incrédulo a la figura femenina que le sonríe con gracia y calidez como sólo su chica sabía hacerlo mientras se acerca a pasos cortos a él. Barry ni siquiera lo piensa dos veces y sin analizarlo mucho corre a ella hasta envolverla en un asfixiante abrazo, sintiéndola tensarse debajo de su tacto.
—Kailan... —Jadea en su oído, incapaz de creerse que ella había ido hasta ahí por él—. Oh, Kailan...
—Nos alegra mucho que hayas conseguido llegar, Barry.