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Dos años atrás.

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YoonGi había estado muy cabreado.

Su semblante se volvía mas y mas pesado, mientras veía como sus hombres se encargaban de ejecutar a un imbécil que no había seguido sus ordenes y que, estúpidamente, optó por vender sus propias drogas por otro lado.

—Andando. —Ordenó, dando una ultima mirada al cuerpo inerte.

De regreso a la comodidad de su camioneta blindada, YoonGi observó aburrido las luces artificiales que eran encendidas en la ciudad, pues nunca habían salido de la misma para tener que deshacerse de lo que le estorbaba.

YoonGi era un Alfa de 25 años. Un Alfa líder de una de las mafias mas temidas de Corea del Sur. Soltero y sin compromisos. YoonGi no los necesitaba.

"Oilo." su estúpido lobo pareció burlarse de su soltería y Min lo detestó.

—Quiero un café, busca un lugar.

—Pero señor, usted apesta a sangre. —Uno de sus guardaespaldas susurró desde su asiento.

YoonGi frunció la nariz y detecto lo que el otro Alfa le decía. Su carisima chaqueta había sido salpicada de la sangre del imbécil Beta al que torturó y su olor se impregnó en la misma.

Min se deshizo de la chaqueta, cuidando que su camisa negra no se estropeara y se la paso al otro hombre, con el mismo rostro de fastidio.

—Busca un lugar. Ya.

Como todo Alfa líder que además, tiene un pizca de niño caprichoso, YoonGi obtuvo lo que quería y sus temerosos hombres, le llevaron hasta una pequeña cafetería casi a las afueras de la ciudad para no llamar la atención.

Uh. YoonGi los odiaba por siempre tener la razón.

—Señor, yo iré por su..

—No, no, no. Iré yo, yo lo haré. —YoonGi se deslizó por el asiento y salió antes de que alguno pudiera interponerse, ocultando su arma en la cinturilla de su pantalón de vestir.

Él todavía obtuvo muchas miradas curiosas a su entrada al pequeño local y gruñó ante las mismas.

—Un capuchino para llevar. Ya.

La Omega frente a él, titubeó. Le dio una mirada extraña y tras un par de minutos, dio media vuelta y se dispuso a darle su ansiado café.

Las manos de YoonGi se apretaron en puños y las ocultó en sus bolsillos, mientras su cuerpo se mecía de adelante y hacía atrás, en un vaivén que trataba de ocultar su creciente mal humor.

¿Por qué todo le tenia que salir mal?

Primero el asunto con su padre que no quería recordar. Después el otro asunto con los hombres que intentaban hacerse los graciosos y cambiarse de bando. Y, finalmente..

—Señor, disculpe..

YoonGi frunció el entrecejo ante la pobre y estúpida alma que estaba jalando la esquina de su camisa con añico.

—Señooooooooooooooor, disculpe..

Una regordeta mano se instaló en su brazo y Min sintió la ira bullir en su interior.

—Seño..

—¿¡QUE!?

Lo próximo que YoonGi supo, es que un regordete y pequeño dedo, le picaba el pecho con insistencia.

Y bueno.. ¿que demonios con el chico dinosaurio?

Literal.
El.
Chico.
Estaba.
Vestido.
De.
Dinosaurio.

Un estúpido y hermoso dinosaurio verde.

Joder, era precioso.

Joder, era precioso

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Red Velvet © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora