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—Que perra que perra, que perra mi.. ¡YoonGi, amor!

El gran Alfa salta en su lugar, carraspeando incómodo. Sonríe abiertamente hacia su esposo gordito y por el amor de dios, su cerebro parece por fin entender que no es buena idea decir aquello en voz alta.

Repentinamente, la sonrisa de Min JiMin se desvanece y su nariz fruncidita junto a sus puños de bebé cerrados, le dan una idea del berrinche monumental que se le viene encima.

—¡MIN YOONGI!

—¿Si amor? —Pregunta, tragando su orgullo cuando le ve apurarse hasta donde él permanece de pie, con esa actitud de niño caprichoso que le encanta en la cama.

—¿QUÉ ES ESTO?

Abre y cierra la boca, ladeando el rostro en un acto inocente. Y porque no tiene una sola idea de lo que JiMin pregunta.

—¡ESTO!

Pega otro saltito cuando su miembro es apretado por sobre su pantalón. La regordeta mano de su Omega aprieta y suelta, mientras se muerde el labio con intención.

—Este paquetón, chiquito.

Incómodo, el Alfa se remueve y trata de alejar la mano de su Omega, porque carajo, se está calentando y JiMin ya no es muy liviano para follar.

Joder, pesa horrible.

—Preparate bebé, hoy quiero que me rompas.

"No, por favor. Guau."

JiMin además ha estado presentando ese hambre particularmente sexual y en donde él queda aturdido por la cantidad de fuerza y soporte que debe ejercer para sostener a su pequeña vaquita.

Incluso su polla parece bajar de golpe, negándose a cooperar. Más tarde, él deberá hablar seriamente con esa parte tan amada de su cuerpo.

—Sí.. bueno.. verás amor de mi vida. —Comienza. —¿Sabes que soy un Alfa muy ocupado en estos días? Apuesto que sí, siempre eres tan metido en mis asuntos y ¡está bien, deja de verme así!

Enfadado, JiMin suelta la polla de su Alfa y se cruza de brazos. Sus ojos se cristalizan y sorbe de su nariz.

—Uh, no bebé, no llores.

Pero el Omega ya lo está haciendo.

—Ah, a-ah m-mi bebé. —Susurra entre hipidos, acariciando su vientre abultado.—Papá e-es un e-estúpido.

Y, como cada vez que esa cosita manipuladora utiliza su arma más mortal, llamada también llanto, el gran Alfa forma un puchero en sus labios y patalea sobre su sitio, causando labios apretados en sus hombres.

Ese Omega es un desquiciado que tiene en sus regordetas manos al jefe Min.

Y así lo demuestra más tarde, con un YoonGi quejándose toda la tarde del terrible dolor en su espalda.

—¡Y al que bromee con el asunto, le meto un balazo!

Pero ya nadie le cree.

Red Velvet © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora