Secretos y conversaciones al azar

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Rose sin duda siempre se ha caracterizado por tener el carácter fuerte y eran contadas las personas que la habían visto llorar. La verdad eran pocas cosas que le sacaban lágrimas y una de ellas era estar sumamente enojada, sin embargo, en estos momentos no sabía si llorar de frustración, enojo o tristeza. Solo estaba segura de una cosa, sentía el corazón partido en mil pedazos.

—Rose...

—Lyssander, no digas nada por favor —la pelirroja se limpia rápidamente una lágrima que recorre su mejilla, aunque enseguida es reemplazada por dos más.

—Habla conmigo por favor, el callarte las cosas no te hace bien.

—¡¿Qué quieres que diga?! —grita la pelirroja antes de esconder el rostro en el hombro de su amigo. No sabía qué más hacer. Desde la noche del baile había analizado las palabras de Themis, cómo le había mirado y asegurado que no sentía nada por James. Entonces tomo una resolución, iba a estar con James si él todavía lo deseaba. Después de todo Themis no sentía nada por James y cuando a él se le mencionó la sola idea de que pudiera estar destinado a su rubia amiga casi se había desmayado de la impresión, todavía tenía una oportunidad.

A la mañana siguiente no vio a sus amigos hasta antes de partir en el tren, pero en el camino se encontró con Tessa, la castaña tenía una sonrisa de burla que no le importó demasiado hasta que le dijo que sentía mucho que la que consideraba su mejor amiga fuera una traidora al besar al chico que le gustaba. Por supuesto que no le creyó, no podía ser, ¿o sí? Y ni siquiera podía preguntarle para no despertar la curiosidad de las demás chicas.

Y entonces oyó a unos compañeros hablar de que habían visto a James Potter y Themis Malfoy besándose la noche del baile. ¿Por qué iban a mentir ellos si ni siquiera eran conscientes que ella los escuchaba? Y ahora una foto lo confirmaba, su mejor amiga le había mentido, sí sentía algo por James.

—Sé que lo que has visto ha sido como un balde de agua fría, pero no debes precipitar las cosas.

—Themis me mintió, se lo pregunté y le pedí que sea sincera, no lo hizo —la pelirroja agradece el pañuelo que le da Lyssander. —Es una mentirosa.

—Sabes que ella no haría nada que te hiciera daño y te va a doler lo que voy a decirte, pero tú misma arrojaste a James a los brazos de Themis.

—Pues ella no puso mucha resistencia que se diga.

—Rose no puedes culparla por sentir algo por él y si te soy sincero tarde o temprano pasaría.

—¿Cómo dices?

—Digamos que he notado a James diferente, como que abrió los ojos a una posibilidad que nunca se le habría ocurrido.

La pelirroja ahoga un sollozo ante el dolor que siente en su corazón. Lleva tanto guardando sus sentimientos que parece que estos se pulieron y afilaron tanto como cuchillos.

—Ya no digas nada.

—Rose, sé sincera conmigo, ¿por qué has rechazado a James si lo quieres?

La pelirroja guarda minutos durante minutos esperando tranquilizarse antes de mirar los ojos de su amigo que le indican que está preocupado por ella.

—Themis pasará por algo horrible en un futuro y yo ni siquiera sobreviviré —susurra la pelirroja antes de romper a llorar.

***

Dominique le agradece a Dylan cuando le da las galletas de avena junto a la taza de té que pidió. No han hablado mucho desde que salieron del ministerio, pero sabe que ella debe comenzar pues se lo pidió.

Historias y aventuras de una nueva generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora