Había momentos en la vida, en los que las ganas de llorar eran más fuertes que nosotros mismos.
Todo dolía como una patada al estómago, la tristeza se acumulaba, toda junta, hasta convertirnos en criaturas con ojos rojos que lloraban sin saber bien las razones por la que lo hacían. Eran momentos en los cuales ni yo me reconocía, actuaba mal, respondía de forma maleducada y era intolerante con lo que fuera que no estuviera dentro de mis términos.
Me sucedía, después de todo, eso que pasaba cuando llegabas a la adolescencia y los sentimientos eran tantos que formaban un huracán dentro de nosotros, uno que sacaba nuestra peor versión, demostrándonos lo roto que estábamos.
Y, para una persona con tantos líos emocionales como los míos, era bastante cotidiano tener estos momentos. El único problema, era que ahora no tenía un lugar donde descargarme. Solía tener una habitación propia, donde tiraba almohadones, rompía hojas usadas del colegio, o ponía pop adolescente sobre rupturas para gritar las letras mientras lloraba hasta que la garganta se me quebraba y la voz ya sonaba como un ronquido. Era un desastre en esos días, mi ropa, mis cabellos, nada me importaba, y eso incluía al colegio. Podía ir con pijama a la secundaria, después de todo, no me interesaba.
Había pasado en casa cuando me había despertado en esos días. Y no, no eran los días del mes donde las mujeres tenían dolores y mal humor.
Era un estado mucho peor.
El momento en el que la depresión que sentía casi todo el tiempo se agrandaba para ser un cúmulo de sentimientos incontrolables que me devoraban por dentro, casi como una bola de pelos que se esparcía por cada parte de mí, logrando asfixiarme. Lo sé, comparación asquerosa.
Previo a ese estado, los días no habían ido para nada mal. Las cosas con Alex se habían puesto aún más incómodas luego de que su aparición en mi mente salvara mi vida, no quería acercarme a él porque no tenía la menor idea de lo que significaba aquello.
Me encontraba confundida, sofocada dentro de un laberinto sin una respuesta aparente.
Ya no podía volver a mi refugio, pues ahora temía que estar allí me hiciera pensar en aún más cosas. Después de ese altercado con el alcohol, de todas formas, él tampoco se había atrevido a acercarse a mí para entablar una conversación, mucho menos para besarnos. Si no necesitaba sus besos, o sus charlas, debía significar que él no me importaba en realidad.
Él no era más que un chico que besaba bien para mí. Eso era una buena noticia.
También había estado hablando mucho con el Poeta Falso. Él me hacía sentir bien. Creía que él sí me gustaba, aunque, no podía olvidar el hecho de que no lo conocía, y quizás por eso me gustaba, quizás tenía una idea muy perfecta de él. Habíamos arreglado para hacer una vídeo llamada el día de hoy, así que estaba muy nerviosa, mal día para empezar con la crisis de "Odio mi vida y al mundo". La primera video llamada... me llenaba de expectativas y de miedos a la vez.
Salí de la habitación vestida con mi camiseta hasta los muslos, las pantuflas de unicornio y los cabellos atados en un rodete. Las ojeras se extendían por mi rostro, me había quedado hasta las tantas de la noche, llorando, sin poder contenerme. Mis ojos estaban casi tan rojos como los de Alex luego de todo lo que ingería. Mi madre me había visto, a la mañana, me había sonreído comprensiva, estaba acostumbrada a mis ataques, y se había ido junto a Amanda, camino al trabajo. Allí se habían conocido, me agradaba saber que mi madre tenía una amiga tan cercana, parecían compartir mucho.
Serví mi tazón de cereales y me senté sobre la mesa con la mirada sobre este. Empecé a dar vueltas con el cucharón, mezclándolos con la pizca de leche que le había agregado. Mis pensamientos variaban entre lo patética que era mi vida, los cereales que tenían menos sabor de lo común y la tristeza que me provocaba el hecho de no saber qué era lo que sucedía en mi cabeza.
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Elena's Faces
Fiksi Remaja"Eres patética." "Tu muerte va a ser más trágica y estúpida que un episodio de 1000 Maneras De Morir." "¿Crees que alguien se entristecería?" "Tus padres se separaron por tu culpa." "Ese poeta falso no va a dejarte en paz." "Alex solo juega contigo...