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Especial por el Día de San Valentín (atrasado)

—Owww, mi lindo limoncito tiene sueño— Jimin miró con ternura a su novio antes de acariciarle levemente la cabeza con mucho cuidado de no levantarlo.

YoonGi se encontraba durmiendo sobre el banco del piano, con sus manos al lado de su mejilla como almohada y una leve respiración característica.

Jimin rió, porque ver a YoonGi dormido era una faceta que pocos conocían del rubio, era ahí cuando YoonGi se volvía vulnerable y parecía un ángel, todo lo contrario a lo que es todos los días.

YoonGi se removió, quejándose en voz baja solo para abrir levemente sus ojos y notar una silueta algo borrosa que juraría jamás olvidaría.

Sonrió, porque sabe que cuando Jimin está con él puede sentir esa presencia que emana tranquilidad y felicidad, no al menos para él.

Se estiró, bostezando en el camino y se enderezó, abriendo las brazos hacían su guapo novio de cabello negro que corrió gustoso a su encuentro.

El mayor le besó la coronilla, mientras Jimin trataba de pegarse más a él, como si quisiera ser uno solo y fundirse entre ellos mismos, en el amor sincero que se tienen.

—¿Cómo estás, pequeño ángel?— preguntó YoonGi, mientras restregaba su mejilla contra el suave y oloroso cabello a frutas del chico debajo de él.

—Bien, pero no tanto como lo estoy ahora, hyung— YoonGi sonrió con fanfarronería porque sabía exactamente que el pelinegro no podía vivir sin él, y también estaban 100% seguro que él sin el bonito chico tampoco.

Porque los dos se complementaban y eran lo único que necesitaban para ser feliz.

—Hyung ¿Quieres salir conmigo?— Jimin miró a su novio esperando ansioso su respuesta (aunque sabía que siempre obtenía un "sí") porque nunca se sabía.

—Claro que si, mi pequeño ángel, yo te seguiría a todos lados...¡Hasta el fin del universo!— para cuándo YoonGi dijo esto se encontraba de pie, abriendo los brazos hacia el cielo, proclamando su juramento.

El menor rió, porque normalmente YoonGi se ponía de mal humor cuando despertaba, pero con él era diferente, con él era suave y pasivo, con él podía hablar sobre filosofía, sobre las trivialidades de la vida, sobre el origen de la existencia, sobre cómo se hace la gelatina verde, sobre amor.

El rubio tomó la bonita y pequeña mano suavecita de su novio y la acercó a sus labios, mientras lo miraba a los ojos y le mostraba su brillante sonrisa de encías y depositaba un tierno beso en los nudillos contrarios.

—Vamos, tengo ganas de un helado muuuuy cremoso

—¿Tú secreto para ser tan blanco es tomar y comer lácteos, hyung?

—Mi secreto para ser una sabrosura polar es besarte todos los días— respondió YoonGi gruñendo y acercándose a los labios de Jimin, como si éste fuera una presa que había sido atrapada por su depredador. El rubio sonrió ladino y mordió los carnosos y rosados labios de su novio, para posteriormente tomarlo posesivamente de la cintura y besarlo con todas sus ganas.

🔸🔸🔸🔸🔸🔸

Se encontraban en el parque, caminando tomados de la mano mientras traían un helado en su mano libre cada uno. Jimin comía un helado de pistache y YoonGi uno de vainilla muy cremoso.

Seguían el camino pavimentado que había bajo ellos, admirando como las hojas marrones caían poco a poco de los árboles que antes eran de color verde brillante.

El Chico Del Otro Lado De La Cuadra || 𝒚𝒐𝒐𝒏𝒎𝒊𝒏 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora