La filosofía como principio de desideologización.
Son aquel tipo de filosofía o aquella parte de algunas filosofías que pretenden positivamente exponer como son las cosas. Pero no todas las filosofías han sido solamente eso. El elemento ideologizado de un pensamiento estaría, por lo tanto, no propiamente en su contenido, sino en lo que ese contenido tiene de relación con una determinada situación o con una determinada acción.
La filosofía, por su propia naturaleza, propendería a convertirse en ideologización y tendería a convertirse en una aparente racionalización de subjetibididades interesadas. El que todo pensamiento está situado y condicionado no significa necesariamente que este predeterminado, no hay forma más radical y posiblemente de liberarse de condicionamientos que el propio pensamiento. El pensar humano está condicionado por la estructura psicobiologica del hombre. Los condicionamientos materiales del pensamiento son múltiples y van desde la subjetividad más inconsciente hasta la objetividad mas manifiesta. Precisamente, la posibilidad misma de las ideologías estriba en que el pensamiento no es sin más una determinación proveniente de la realidad, ni siquiera de la realidad social; si así lo fuera, todos pensarían lo mismo, mientras que de hacho solo "piensan" lo mismo los que en realidad no piensan. Esa es la razón por la cual los filósofos piensan de forma tan distinta entre sí, tanto más distinta cuando de mayor categoría sea su pensamiento. Dos son los mecanismos con los que realiza su proceso de independencia y su propósito de desideologización: La duda y la negación.
Hay mas peligro de convertirse en ideología cuando la filosofía deja su tarea critica y emprende su tarea constructiva y sistemática. La filosofía no da de sí todo lo que debe sino busca ser un sistema explicativo de lo real, pues en eso residen últimamente su gloria y su fracaso. Mientras sea creativa y no meramente repetitiva, el peligro es menor, porque cuando crea y afirma, es en sí misma creativa, si no como representación de la realidad, como representaciones o sustituciones de la realidad pueden convertirse en ideologías y defraudar a quienes se aproximan.