Mi nombre es Mía Del Castillo y esta es mi historia.
¿Quien soy?
¿Qué me gusta?
¿Porqué no me siento igual a las otras niñas?
Tantas preguntas sin responder para la pobre cabezita de una niña de 8 años que a tan corta edad traía dentro de mi tantas inquietudes, tantas preguntas sin respuestas, estaba tratando de encontrarme a mi misma estaba buscando, mi identidad, tratando de saber el porque me sentía fuera de lugar, confundida, triste, deprimida y sola.
A pesar de tener una familia grande 3 hermanos y una hermana, y yo que era la menor de todos. Desde, Los 5 años empece a sentirme rara diferente, sentía una atracción inexplicable por otra niña que hiba en la misma escuela que yo, y aún a pesar de qué solo tenía 5 años, como podía explicarme a mi misma que era lo que realmente sentía, y pues además era una niña igual que yo.
Se supone que sí era yo una niña me debían de gustar los niños, al contrario los niños no me atraían en lo más mínimo me llevaba mejor con ellos que con las otras niñas de mi edad. Aquella niña que llamaba tanto mi atención aún recuerdo su nombre Eloisa, era tan linda, tan hermosa, su cabello era castaño, ondulado, ojos cafés, su piel era blanca adiamantada como sí en cada poro de su piel tuviese incrustados diamantes. era tan hermosa.
Recuerdo que cuando ella llegaba al mi salón de clases y la veía sentía una gran emoción mi corazón saltaba me daba tan alegría verla, y en el momento en que llegaba la hora que casi terminaba las clases en mi interior sentía una gran tristeza y más al momento de verla partir. Me atrevía a jurar que fue la primera niña que me atrajo y lo peor de todo sin yo saberlo que era eso lo que sentía.
Porque a esa edad no entendía, no podía saber, ni mucho menos descifrar mis propios sentimientos, no sabía como comprender que me estaba pasando, pase muchos momentos tristes, porque sabía que dentro de mi estaba guardando un secreto, un enorme secreto que ni yo misma sabía cual era.
Hice de misma un baúl en donde fui guardando cada secreto, cada sentimiento tan profundamente, que parecía que aquel baúl, se había perdido en la profundidad del mar. Pero era dentro de mi propio mar interior, esos sentimientos hay se quedaron ocultos, aún pasear de guardarlos tan recelosamente todo, seguía sintiéndome triste, y siendo una niña gris, infeliz, deprimida e inconforme, pero aún cuando había sellado todo estos sentimientos dentro de mi corazón, dentro de mi baúl interno.
Mi subconsciente mi corazón seguía gritándome que dejará de esconderme dentro de mi misma, pasaron los años crecí llena de timidez, rencor, llena de tristezas. Tratando de encontrarle sentido a mi vida, tratando de encontrar aquello que me hacia falta para ser feliz.
Ya era una adolescente ya tenía 17 años, no tenía amigas, me relacionaba mejor con los niños, desde los 6 años mi mejor amigo fue un niño su nombre Hernaldo, fue mi cómplice, mi consejero más que un amigo de infancia era mi hermano, crecimos juntos y compartimos tantos momentos tristes como felices.
Cuando nos conocimos Hernaldo tenía 5 años y yo 6 en ese entonces, pero desde esa edad éramos inseparables, como el duo dinámico, cuando estaba con el me sentía bien, cómoda aceptada, además de que me sentía cómoda con el, me sentía a gusto, sentía que éramos iguales, el me entendía y conocía a la perfección era mi hermano, mi hermano menor.
Éramos vecinos, su familia y la mía eran muy cercanas gracias a esa amistad que siempre tuvimos, su familia era la mía y la mi la suya, su mamá era mi mamá y su papá mi padre, mi madre era como su mamá, yo solo tenía a mi madre solo contaba con ella y a mi padre no lo conocí.
Lo único que sabía era que se había ido a otro país a trabajar y pues no volvió olvidándose de mi mamá de mis hermanos y de mi. Por eso en mi vida la figura paternal fue el padre del Hernaldo, al cual quiero como sí sí fuese mi padre mi propio padre.
Hernaldo y yo éramos como un equipo siempre, estábamos juntos, yo en realidad solo me sentía con el me conocía mejor que nadie, de una manera extraña me sentía como sí fuera un niño más y con las niñas de mi edad, era tan difícil congeniar con ellas, era algo parecido como cuando los niños dicen ser alérgicos a las niñas. Era tan difícil ser amiga de otra niña extrañamente me sentía no se rara y temerosa de acercarme a alguna niña.
Pasó un poco más de tiempo y ya había cumplido 18 empeze a ir a la universidad en el primer año, conocí a una niña Fernanda González, empezamos a platicar y no se con ella si me logre sentir cómoda, se convirtió en mi mejor amiga, mi primera amiga de mi mismo sexo. Ya que antes sólo tenía a Hernaldo, y ahora a Fernanda.
Fernanda y yo nos hicimos muy cercanas, era muy linda conmigo, amable, siempre muy cariñosa, me abrazaba y me daba besos en la mejilla y me decía mi "liah" no entendía el porque me llamaba así de cariño ya que mi nombre era Mía sentía un poco de vergüenza cada vez que me decía así, pero a la vez me sentía bien con ella. Salíamos a pasear, almorzábamos juntas, hibamos a comer helado, hablábamos por teléfono, nos enviábamos mensajes de texto, en fin pasábamos mucho tiempo juntas, compartiendo bonitos momentos.
Y al final pues surgió una hermosa amistad, ella y Hernaldo se llevaban súper bien y a los dos los quería los adoraba como sí fuesen mis hermanos, Fer se había convertido en mi mejor amiga y mi confidente; y yo en su confidente.
Como era de esperarse ella tenía novio se llamaba Beto y pues ella hablaba siempre de el, hiba en la misma universidad en que asistíamos nosotras un día coincidimos con el, me lo presento, me dijo Liah este Beto mi novio, Beto esta es Liah nos saludamos dándonos la mano cordialmente y el acostumbrado mucho gusto. A mi en lo personal me parecía que Fernanda no era para el, era un chico muy orgulloso, celoso, arrogante se sentía el más guapo del mundo, era ese el motivo del cual aparte de Fernanda el siempre buscaba a otras chicas y Fer como yo le llamaba de cariño sufría obviamente ella sí estaba enamorada de Beto.
Recuerdo una ocasión había discutido con el, escuche sonar mi teléfono, era Fer me llamo llorando, me pidió, que por favor que fuera a verla, fuera a su casa porque me necesitaba ya que estaba sola, su madre había salido y no regresaría hasta el día siguiente, se sentía sola y triste y desesperada, me rogó fuera a verla porque no quería estar sola. No lo pensé dos veces y claro en su estado de ánimo, no era conveniente que estuviese sola. Acudí a su llamado sin pensarlo.
Llegue a su apartamento donde vivía, llame a la puerta.
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La chica en el Bául
RomanceEsta historia se basa en vivencias, sentimientos, de una nińa que no sabía como expresar su secreto que guardo durante mucho ańos como un tesoro que no quería dejar salir un secreto muy doloroso que le costó a ella misma entender, aceptar vivir con...