- 7. Retrato de un asesino -

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24 días antes de la colisión.

O F F E N D E R

El Offender recorría los pasillos del hospital, casi era medianoche, el personal se encontraba descansando o encargándose de alguna emergencia.

Les sonreía a las personas que encontraba, familiares a la espera de un diagnóstico, personas descansando fuera de las habitaciones, nadie se percató de su presencia, ¿por qué hacerlo?, se trataba de un chico que visitaría a su amigo, no llamaba la atención ni levantaba sospechas. Perfecto.

Avanzó hasta llegar a la habitación que deseaba encontrar, su mano se detuvo en el picaporte dudando, ¿era lo correcto? ¿Alexander lo superaría? ¿Alexander lo perdonaría?

Claro, se dijo a sí mismo, él lo haría. Alexander entendería que él solamente estaba cuidando de su seguridad, porque, vamos, Jace era un niño mimado que no sabía comportarse. No entendía como era amigo de Alexander, no lo merecía.

Giró el picaporte y entró, sus pasos eran suaves, se perdían en la silenciosa habitación.

Jace estaba en medio de la cama blanca, una mascarilla le ayudaba a respirar, no era del todo necesario, el Offender lo sabía porque se aseguró de leer el historial médico de Jace, nada podía salir mal.

Jace se removió, sintiendo una presencia.

El Offender se tensó y esperó, pero Jace aún dormía. Se acercó y con cuidado tomó una de las almohadas que estaban al costada. Quitó la mascarilla, Jace abrió los ojos y le miró, el reconocimiento brillo en sus ojos para luego dejar que el pánico pasara por ellos.

Oh, cuanto amaba esa mirada, el miedo apoderándose de las personas, dejándolas saber que era el fin.

Jace comenzó a patalear e intentó gritar, pero el Offender fue más rápido, colocó la almohada sobre su rostro y presionó con fuerza. El cuerpo de Jace se removía, la sangre comenzó a brotar por debajo de la bata, la herida recién suturada comenzaba a abrirse de nuevo.

El Offender no quería hacer esto, él no quería ensuciar sus manos, no podía matar a alguien con las mismas manos que tocaba a Alexander. Pero estaba dispuesto a vivir con la culpa todo con el fin de que Alexander fuera total y completamente suyo, sin estúpidos amigos o estúpidos enamorados.

Alexander era demasiado bueno para este mundo, siempre tan comprensivo, siempre escuchando y perdonando.

¿Me perdonarías por esto Alexander? ¿Vivirías en paz, conmigo, sabiendo lo que hice? Porque esto solo vale la pena si al final te obtengo a ti.

El cuerpo bajo él dejó de retorcerse, revisó su pulso antes de levantar la almohada.

Su rostro tenía una expresión de terror, pero en sus ojos, en sus ojos dorados, ya no había vida. No había aliento, nada, simplemente estaba ahí, viendo a la nada.

El offender se apresuró a cerrar sus ojos, a acomodar sus facciones y a ordenar su cabello. Pasó sus dedos por el hermoso rostro de Jace, tanta belleza desperdiciada.

Sabía lo que vendría con el mañana.

Clarissa sufriría, pero era su culpa, si ella hubiese aceptado salir con Jace desde hace mucho. Jace no hubiese pasado tanto tiempo junto a Alec.

 Alexander estaría devastado.

Oh Alexander, se veía tan mal esta tarde, el solo deseaba correr y abrazarlo, pero no podía. Luego ese chico, Matías, había aparecido.

Viendo el rostro pálido de Jace lo supo, ya era demasiado tarde para retroceder.

Ahora era todo o nada y vaya que el tendría todo, todo de Alexander.

Colocó la mascarilla en su lugar, acomodó las almohadas y sábanas e incluso se despidió de Jace, como si de un viejo amigo se tratase.

Abandonó la habitación con fe renovada, se sentía libre. Una sonrisa de satisfacción creció en su rostro.

Esta noche había traspasado un límite, pero era nada comparado con lo que tenía planeado.












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No me maten😂

Gracias por leer.🧡

Every Breath You Take (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora