Día de la Colisión
A L E X A N D E R
Alexander sentía su cabeza palpitar, de nuevo su nuca había sido lastimada, intentó levantar las manos, pero le fue imposible, algo que Alec ya esperaba.
Después de la amenaza Sebastian se había vestido de nuevo y había salido dejando a Alec con un terrible pánico y nerviosismo. Luego fue invadido por la vergüenza y el asco al recordar los lugares que Sebastian había tocado y besado.
Sebastian regresó al rato, se le notaba muy molesto, levantó todas las cosas de la mesa sin dedicarle una palabra o una mirada siquiera. Alec no sabía si agradecerlo o estar más asustado. Opto por lo segundo.
Finalmente, Sebastian lo miró, lo jaló con fuerza haciendo que las sogas rasparan sus muñecas aún más. Alec gritó con fuerza, pero Sebastian lo calló dándole una bofetada. Retiró las cuerdas sin cuidado y lo llevó hasta una de las sillas que antes habían estado en el comedor, como era de esperar lo ató de manos y tobillos.
—Sebastian, lo siento...No podía, lo sabes...
—¡Cállate! —un nuevo golpe en su rostro, esta vez Alec sintió el anillo de metal que Sebastian llevaba, lo reconoció inmediatamente: el anillo de la familia Lightwood, su anillo.
—He sido paciente—continuó Sebastian—. Te he amado y he esperado por ti, y no podías hacer esto por mí. ¿No me quieres ni siquiera un poco?
El rostro de Sebastian se había descompuesto diciendo lo último.
—Seb, sabes que mi amor por ti es diferente...
—¡Lo sé! ¡Maldita sea, lo sé! Y sé muy bien que tu corazón está ocupado ahora. Así que se me ocurrió una solución para ambos. Yo te liberaré y tu por fin me harás feliz.
—Sebastian, no lo toques, no te atrevas a tocarlo...
Alec no pudo continuar ya que algo golpeo su nuca con fuerza, su último pensamiento antes de hundirse en la oscuridad es que debía proteger a Magnus.
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Alec despertó con el sonido de algo pegando contra el suelo, y siendo arrastrado. Sebastian arrastraba a un inconsciente Magnus hasta una de las sillas frente a él.
—Despertaste. Bien—dijo Sebastian con la voz entrecortada por el esfuerzo—. Diablos, debo admitir que arrastrar a tu amante ha sido una de las cosas más grandiosas de mi día, y eso que aún no le he enseñado la lección.
Alec jadeó, sin embargo, no respondió.
—Me importa una mierda si no me hablas, ya me aseguraré yo de sacarte unas cuentas palabras.
De nuevo, Alec lo ignoró. Prefería concentrar la furia de Sebastian en él, después de todo esto era su culpa. La culpa de Alec solamente.
Sebastian resopló y continuó con su trabajo. Sentó y ató a Magnus en la silla. Tomó la jarra de agua que quedaba en el comedor y la vertió sobre Magnus.
—¡Sebastian!
Sebastian lo miró con una repugnante sonrisa de satisfacción.
—Eh, ¿no te habías quedado mudo?
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Every Breath You Take (Malec)
Misterio / SuspensoCada aliento que tomes, cada movimiento que hagas, cada atadura que rompas, cada paso que des, te estaré vigilando. Todos y cada uno de los días, y cada palabra que digas, cada juego que juegues, cada noche que te quedes, te estaré vigilando. ¿No pu...