Every Breath You Take (Malec)

- 20. Cuando un extraño llama -

5 días antes de la Colisión.

A L E X A N D E R

—Vamos, Alec, acompáñame—insistía Clary por quinta vez en el día.

—No, ya sabes que tengo planes.

—Oh, claro, con Magnus—Clary dijo lo último imitando la voz de Alexander—. De verdad que pasas todo el tiempo con él.

—Exageras, Clary, ve con Jace.

Clary se sonrojó un poco. —No, sabes que no me agradan los chicos de ese tipo.

—¿De ese tipo?—preguntó Alexander, alzando las cejas.

—Ya sabes, todas mías.

—No es así, es solo que...

-¡Alexander!

Ambos chicos se dieron vuelta para ver a un enfurecido Magnus caminar hacia ellos. Era el final de una jornada de clases por lo tanto el pasillo se encontraba lleno de estudiantes que se detuvieron al escuchar la fuerte voz de Magnus.

Magnus llegó hacia ellos, parándose frente Alec.

—¿Magnus?

—Eres un mentiroso—le susurró entrecerrando los ojos.

—¿Qué? —Alexander deseaba haber escuchado mal.

—Que. Eres. Un. Mentiroso. ¡Un gran mentiroso!—si antes habían llamado la atención ahora se convirtieron en el centro total de ella.

—Magnus, cálmate—divisó un salón vacío y con la idea de apartarse del pasillo tomó a Magnus del antebrazo—.Vamos.

—No—Magnus se soltó de su agarre de una manera abrupta—. No me toques.

—Magnus, ¿qué estás haciendo?—intervino Clary.

—Esto es entre Alexander y yo. Si lo desea que cuente él lo que sucede, aunque es seguro que se haya regodeado también contigo.

—Magnus, por favor, ¿qué haces?—Alexander trataba de no verse frágil mientras todas las miradas estaban expectantes por un drama matutino.

—Diciéndote la verdad de lo que eres, ¿o qué? ¿Tienes miedo que el instituto se dé cuenta de que el lindo e inocente Alexander no es más que un manipulador?—Magnus sonrió , una sonrisa chueca.

Alexander notó en ese momento el temblor en sus piernas, y los ojos desenfocados.

—Estás ebrio. Cállate y vete, no hablaré contigo hasta que estés sobrio.

—Ah, vamos Alexander. Esto es lo que tú hiciste, lo que tú provocas con tus juegos—comenzó a reír, una risa rasposa marcada por largas horas de bebidas—. Pero esto solo es parte de tu juego, ¿no? Lo haces con cada chico nuevo. Bueno, eso me han dicho—señaló directamente al pecho de Alexander —. Cuidado con el chico de ojos azules, no es más que una serpiente en piel de oveja. Una vil y sucia...

El sonido de una cachetada rebotó en el pasillo. Magnus abrió los ojos sorprendido, encontrándose con la mirada de furia de Alexander y su mano aún extendida después del golpe.

Una solitaria lágrima resbaló por los ojos de Alexander, lágrima que fue limpiada de forma rápida, sin embargo, fue visible para Magnus.