- 6. El ansia -

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24 días antes de la colisión.

A L E X A N D E R

Alexander corría por los blancos pasillos del hospital, gritando disculpas torpes mientras empujada al personal. No importaba nada en ese momento, Jace era lo único que estaba en la mente de Alec.

No podía sacarse la voz alegre de Jace al mencionarle todas las ideas que tenía para Clary. Pensó que escucharía los detalles de esa cita cuando entró una llamada, pero no era Jace el dueño de la voz, en cambio Alec tuvo que escuchar breves detalles de un posible asalto a Jace.

—¡Alec, espera!

Magnus corría detrás de Alec con la esperanza de detenerlo, pero en el fondo sabía que Alec no se detendría hasta ver a Jace.

Ambos llegaron, con la respiración entrecortada, a la habitación en la que Jace estaba en la unidad de cuidados intensivos.

El doctor salió de la habitación para ser atacado con preguntas.

—¿Cómo está? ¿Se recuperará pronto? ¿Está vivo? Por el ángel, que idiota, claro que está bien, es Jace—el nerviosismo de Alec hizo que soltara las lágrimas retenidas. Se las sacudió con furia.

—Por favor cálmese, no puedo hablar con usted en ese estado.

—Alexander, todo estará bien. Ahora trata de escuchar.

Magnus tomó la mano de Alexander entra las suyas, aplicando leve presión, estoy contigo.

—El joven Herondale está siendo tratado por una lesión traumática abdominal, esto quiere decir que el atacante se aseguró de dañar los tejidos al sacar el arma blanca—el doctor tomó una pausa para ver si entendían, al no recibir preguntas continuó—. Tuvo suerte de no llegar a tener una infección, pero aún estamos esperando su reacción a la transfusión de sangre.

—Si necesita más donaciones, yo lo haré...

—No se preocupe, joven, un pariente ya está con él y se ha encargado de los trámites.

-¿Eso significa...?

—Sí, el paciente está fuera de peligro, puedo decir que hay un ángel cuidando de ese chico.

El doctor se alejó de ellos, saliendo de la unidad.

Alexander exhaló, por fin sintiendo la calma. Había estado tan asustado desde que recibió la llamada.

Era de madrugada. Magnus y él se habían quedado dormidos cuando el timbre del teléfono de Alec los despertó, no se detuvo a explicarle a Magnus todo, ni él lo entendía, sólo corrieron al auto de Magnus.

Magnus, que ahora estaba en el extremo del pasillo, haciendo una llamada, su ceño fruncido mientras parecía pelear con alguien.

—¿Alexander?

Alec se giró hacia el dueño de la voz, William Herondale se encontraba frente a él.

—No pensé que llegarías tan pronto—se escuchaba cansado y se veía más pálido de lo normal, debía estar agotado después de las transfusiones.

—Lo sé, no podría estar en casa sin saber—Will asintió—. ¿Qué fue lo que pasó? Él iba a una cita, ni siquiera era un barrio peligroso.

—No lo sé, la policía recibió una llamada anónima, quizás uno de los vecinos reportó—William se recostó en el respaldar de la silla—. Los policías dicen que no pueden hacer nada hasta saber lo que pasó, para eso necesitan que Jace despierte.

Every Breath You Take (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora