Capítulo 7

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El viernes a mediodía Luke aparcó frente al salón de tatuajes, sin saber muy bien por qué había aceptado. Quizá para salvar a Leslie de un tatuaje o por el ultimátum de Rachel: «¿Nos casamos o no? Decídete durante ese absurdo viaje en moto».

A Luke no le gustaban los ultimátum.

Y luego estaba ______... Había algo irresistible en ella.

Volvería el domingo por la noche de aquella absurda reunión de la que no sabía nada, de modo que aún le quedarían unos días para marcharse en moto a alguna parte. Ese era el plan: disfrutar de unos días de libertad antes de abrir la clínica dental. Alquilar una moto y conducir sin destino.

Quizá alejado de Rachel sus sentimientos por ella se harían más fuertes. Rachel era una buena persona. Estaba herida por sus vacilaciones y lo ocultaba haciéndose la dura. Él odiaba los ultimátum, pero ella se volvía loca con la incertidumbre.

Le había dicho que necesitaba tiempo y ella replicó que no lo tenían. Su reloj biológico no dejaba de marcar las horas y ya estaba planeando el colegio de los niños, la casa y la residencia para el día que se jubilasen. Era imposible.

Él sólo quería perderse con la moto, pero allí estaba, frente a un salón de tatuajes, dispuesto a pasar el fin de semana con una extraña.

«¿Qué podrías perder?». Eso le había preguntado ______, con una sonrisa más que prometedora.

Sólo era un fin de semana, se recordó Luke a sí mismo. Y dormirían en diferentes habitaciones.

Entonces, ¿por qué no se lo había contado a Rachel? Quizá porque ella nunca creería que había sucumbido a un chantaje. Apenas lo creía él mismo. Y tenía la impresión de que ______ Miller guardaba más sorpresas.

Luke miró alrededor. ¿Dónde estaba? Llegaba tarde, por supuesto.

Cuando aceptó ir con ella, ______ le contó que Copper Corners estaba a tres horas de Phoenix... y él se ofreció a llevarla en su coche. Ni siquiera había tenido que pedírselo. Una mirada de esos ojos color esmeralda y le decía que sí a todo.

Era tan enérgica, tan segura de sí misma. Aunque vestía como una universitaria rebelde, debían de tener la misma edad. Y había algo oculto en ella, algo muy interesante.

______ le había dicho que tenía pinta de necesitar un poco de diversión y era cierto. Con tanto trabajo, se le había olvidado lo que era pasarlo bien. Y ella daba la impresión de saber pasarlo muy bien. Esa idea lo ponía nervioso.

«Cálmate, Luke», se dijo. En realidad, estaba casi prometido con Rachel.

Lo estaba haciendo por Leslie, ¿no? Era la última vez que sacaba a su hermana de un apuro. Además de suspender los exámenes finales, se había gastado un dineral con su tarjeta de crédito... Y, por su culpa, iba a pasar el fin de semana con una mujer que llevaba chaqueta de cuero, varios pendientes en la oreja... y tenía un escote de cine.

«Piensa en el viaje en moto». Luke cerró los ojos y se imaginó a sí mismo volando por la carretera... pero en la imagen aparecía ______ sentada detrás de él, agarrándolo por la cintura.

«¿Qué podrías perder?». Mucho, pensó.

Por la ventanilla vio a una mujer con una bolsa de viaje al hombro. Era de la estatura de ______, pero aquella chica llevaba un vestidito de flores y tenía el pelo castaño, cortado a media melena. Cuando se cambió la bolsa de hombro, se fijó en unos pechos grandes, altos... eróticos. Oh, cielos.

-¿______?

-¿Te gusta? -sonrió ella, dándose una vuelta.

-Pero estás tan...

-¿Normal, vulgar?

-Diferente.

Vulgar nunca. Aquella chica no podría ser vulgar aunque quisiera. Aunque debía admitir que estaba un poco decepcionado. Por alguna extraña razón, había esperado la chaqueta de cuero y la faldita de leopardo.

-Me he vestido para parecer Miss Copper Corners.

-Pues lo has hecho de maravilla.

Sonriendo, ______ dejó la bolsa de viaje y otra bolsita de plástico con provisiones, según ella, en el asiento trasero, y se sentó a su lado. Olía a algo indefinido, un perfume poco habitual.

-¿Por qué te has vestido así?

-Para que los del pueblo no se asusten. No pueden con la auténtica ______ Miller.

-Ya veo -murmuró Luke. En realidad, esa nueva imagen no disminuía su atractivo en lo más mínimo.

-Mira, he traído bocadillos para el viaje. Cerveza para mí y Coca-Cola para ti. Tienes que conducir.

-¿Vas a tomar cerveza a las doce del mediodía?

-Sí, ¿por qué? ¿Crees que debería tomar un whisky?

-Por favor...

-Venga, hombre. En los viajes no hay horarios. ¿Sabes que en los casinos de Las Vegas no hay relojes? Cuando vas de viaje, es como estar de fiesta... A ver, pon un poco de música -dijo ______ entonces, bailando en el asiento.

Luke levantó los ojos al cielo.

-Has llegado tarde.

-No se llega tarde cuando uno va de viaje, ya te lo he dicho -replicó ella, sacando un bocadillo de la bolsa-. ¿Quieres?

-No, gracias.

-Tú te lo pierdes.

______ miró su perfil. A juzgar por la expresión irritada, no estaba preparado para conocer toda la historia. Tendría que encontrar el momento. Pero le hacía gracia volver a Copper Corners con su «marido». Así vería la reacción de Brian Collier. Aunque no podría hacer nada con él, claro. Ella no era una adúltera. Pero la satisfacción sería inmensa.

Una farsa de amor [Luke Hemmings] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora