Nuestra primera cita

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(PC)

Luego de robarle aquel besito a Alex me fui corriendo al salón. Debo aceptar que a mí también me cuesta tener esos gestos con ella, aunque no tengo ninguna duda de lo que siento, es algo un poco raro tener esas ganas de tomarle la mano o de besarla. Siempre están esos segundos de duda en los que me debato entre ¿lo hago o no lo hago?, y hoy por primera vez decidí hacerlo.

Minutos después la vi entrar al salón, tenía una enorme sonrisa en su rostro, y yo no podía sentirme más orgullosa.

Menos mal las horas siguientes se pasaron rápido, estaba muy ansiosa porque llegue la tarde, ya quería ir a comer esos helados con Alex. ¡Nuestra primera cita!

Al salir nos fuimos directo a mi casa, y cuando llegamos a la puerta me di cuenta de algo. Por la emoción se me había olvidado un pequeñísimo detalle... aún no había pedido permiso.

- Pipes, ¿tu mamá sabe algo sobre nosotras? - preguntó Alex antes de que toquemos el timbre.

- No Al, todo ha sido tan rápido que no he tenido tiempo de conversar con ella - respondí algo avergonzada.

- Y... ¿te molestaría que se entere? - preguntó dudando.

- Para nada, sinceramente no sé cómo reaccionaría, pero no quiero hacer las cosas a escondidas. Siempre he tenido mucha confianza con ella, si no se lo había comentado es sólo porque no tuve la oportunidad.

- Entiendo, entonces déjame acompañarte a pedirle permiso - dijo sin dudar, y sólo pude sonreírle. Tocamos el timbre y mamá nos abrió feliz como siempre.

- Hola chicas, ¿cómo les fue en la escuela? - preguntó ni bien entramos.

- Bien mamá, hoy fue un día bastante tranquilo - respondí mientras comenzaba a ponerme nerviosa - mamá... ¿crees que sea posible que Alex y yo vayamos a comer unos helados hoy por la tarde? - pregunté con la voz algo temblorosa. Mi mamá me miró extrañada, como no entendiendo por qué me estaba haciendo tanto problema para pedir permiso para eso.

- Señora - comenzó a hablar Alex esta vez - me gustaría pedir su permiso para salir con Piper esta tarde... en una cita - preguntó con la mayor seguridad que pudo, y mi rostro se sonrojó automáticamente.

Tenía una mezcla de nervios por la reacción que podría tener mi mamá, con orgullo por lo que estaba haciendo Alex. Porque así es ella, la chica más educada que conozco, y en el fondo no me sorprende que le esté pidiendo permiso a mi mamá para salir conmigo. Ella sabe lo importante que es para mí la opinión de mi mamá.

El rostro de mi mamá pasó del completo asombro, a dibujar una media sonrisa. Yo no estaba entendiendo mucho su reacción.

- ¿Tu mamá ya te dio permiso Alex? - le preguntó, y las piernas me comenzaban a temblar.

- Si señora, ella está trabajando pero le escribí para pedirle permiso y me respondió que no había problema - ¿En qué momento hizo eso? Si no la conociera tan bien hubiera pensado que lo estaba inventando, pero como acto seguido sacó su celular y le mostró los mensajes a mi mamá.

- ¿Y no tienen tareas que hacer? - Mi mirada se paseaba entre mi mamá y Alex. A pesar de ser viernes, siempre nos habían acostumbrado a no dejar nada pendiente para el fin de semana.

- Sólo nos faltan unos ejercicios de matemática que podemos completar antes de irnos - volvió a responder. ¿Hay algo en lo que no haya pensado?

- Está bien, pueden ir, pero sólo dos horas. Y ya conversaremos mañana las cuatro sobre esta nueva situación - terminó de decir otra vez con esa media sonrisa.

- Muchas gracias señora.

- Muchas gracias mamá - le dije acercándome a abrazarla - ¿No te molesta que... salga con Alex? - pregunté para que sólo ella pueda escucharme.

- ¿Por qué me molestaría hija? Es una muy buena chica, y lo que acaba de hacer es muy valiente. Eso dice mucho de ella. Me alegra que tengan la confianza de hablar conmigo y con su mamá.

- Eres la mejor - dije aferrándome más al abrazo.

Luego de eso nos sentamos a almorzar, y al terminar Alex y yo comenzamos a resolver los ejercicios de matemática que habíamos prometido. Con las habilidades de Alex para los números eso no fue muy complicado, así que no mucho tiempo después ya estábamos libres.

Alex fue a su casa a cambiarse, y luego regresaría por mí. Opté por ponerme un vestido sencillo y luego fui a la sala para esperarla. Tan puntual como siempre tocó el timbre.

Al abrir la puerta, me atrevería a decir que ambas quedamos embobadas mirándonos. Alex abría la boca como queriendo decir algo, pero las palabras no llegaban a dejar sus labios.

- Estás... preciosa - logró pronunciar por fin, logrando sonrojarme.

- Tú también Al - le dije con una gran sonrisa.

- ¿Nos vamos? - preguntó extendiendo su mano, y no dudé en tomarla. Entrelazó sus dedos con los míos y caminamos así las cinco cuadras que separaban mi casa de la heladería.

Nos sentamos en una mesa que tenía una especia de mueble como asiento, y ambas nos sentamos del mismo lado, una al costado de la otra. Hicimos nuestros pedidos, Alex helado de chocolate y yo helado de fresa, obviamente de los más baratos que encontramos, ninguna de las dos recibía nada más que propinas.

Pasamos el rato conversando, riendo, dedicándonos miradas tiernas, y de rato en rato Alex dejaba un tierno beso en mi mejilla, lo cual me encantaba.

Lamentablemente el tiempo se había pasado volando, por lo que ya era momento de pedir la cuenta. A pesar de mi negativa, Alex insistió en ser ella quien pague todo.

De regreso a casa volvimos a caminar tomadas de la mano, definitivamente había amado este día.

- La pasé genial hoy Al, muchas gracias por todo.

- No hay nada que agradecer Pipes, yo también la he pasado muy bien hoy, y espero pronto podamos repetirlo.

- Espero nos den permiso - dije algo pensativa - muy rara vez tenemos tiempo libre en las tardes, casi siempre estamos haciendo tareas - ¡En ese colegio nos explotan!

- Verás que podremos organizarnos - dijo mientras llegábamos a la puerta de mi casa.

- Eso espero - dije con una media sonrisa. No quería que se acabe el día, pero ya se había cumplido el tiempo que nos dieron.

Nos quedamos mirando por unos segundos, hasta que Alex dirigió su mano derecha a mi mejilla, y poco a poco nos fuimos acercando. El contacto entre nuestros labios esta vez fue un poco más prolongado que las dos veces anteriores, pero seguía siendo un inocente piquito que hacía que mi corazón se acelere, y lo más importante de todo fue que esta vez ninguna de las dos salió corriendo.

- Buenas noches Pipes - dijo cuando nos separamos.

- Buenas noches Al - respondí, y toqué el timbre de mi casa. Alex esperó hasta que yo entrara para recién irse.

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¡Hola!
Les dejo el capítulo 15, que espero sea de su agrado ☺️
¡Muchas gracias a tod@s por el apoyo!

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-Vonny-

MI ÚNICO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora