MI ÚNICO AMOR

Emma

(AV)

El beso continuó mientras nos duró el aire, y al separar nuestros labios juntamos nuestras frentes intentando mantener el contacto de alguna forma y aprovechando para respirar.

Abrí los ojos para poder observar a Piper, quien como si nos hubiéramos puesto de acuerdo los abrió al mismo tiempo. Aún existía una cierta tristeza que se reflejaba en sus ojos, pero pude reconocer una pizca de aquel brillo que solía tener.

Iba a volver a unir mis labios a los suyos, cuando aquella hermosa vocecita volvió a llegar a mis oídos.

- Mamiiiii - llegó corriendo nuevamente - ¿ya se reconciliaron? - preguntó con total inocencia, y con una preciosa sonrisita. Esta niña es muy inteligente para su edad.

Me volví a perder contemplándola, hasta que repetí su pregunta en mi mente. Recordé que antes también había parecido reconocer mi nombre, y me pregunté cómo sabía tanto sobre mí.

- ¿Cómo sabe tanto sobre mí esta pequeña princesita? - le pregunté mientras observaba a Piper de reojo que se iba poniendo de todos los colores posibles.

- Mi mami me ha contado todo sobre ti - respondió orgullosa - cómo se conocieron, cómo la defendiste, cómo se enamoraron.

- ¡Hija...! - Piper intentó callarla nuevamente, pero tomé su mano como pidiendo que la deje continuar.

- También me contó que tú le regalaste ese anillo - señaló la mano de Piper - Y que nunca se lo va a quitar porque tú siempre serás su único amor.

La escuchaba atentamente, mientras algunas lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos por la emoción de que Piper le haya contado todo eso a su pequeña.

- Pero un día mi mami cometió un error y se tuvo que ir. ¿Verdad que tú la hubieras perdonado? ¿Verdad que la vas a perdonar?

Aparentemente el parecido con Piper no era sólo físico, sino también en la forma de ser, ya que al igual que su mami cuando era niña esta pequeña no paraba de hablar.

- Por supuesto que sí princesita, sea lo que sea que haya pasado la perdonaría, porque tu mami también es y siempre será mi único amor - le dije mostrándole mi anillo.

Su carita de sorpresa y emoción me derretían, toda ella me derretía por completo, y por descabellado que parezca sentía que la amaba desde el primer segundo que la vi.

- Me gusta que me llames princesita - dijo con una enorme sonrisa. Piper sólo se dedicaba a observarnos, mientras yo mantenía mi mano sobre una de las suyas.

Esta niña me desconcentraba tanto, que sólo en ese momento me di cuenta que la estaba llamando así, y que no sabía su nombre.

- Y a mí me encanta llamarte así - le dije con una sonrisa boba en la cara - pero también quiero saber tu nombre.

- ¿No sabes mi nombre? - preguntó indignada - ¡Pero si tú lo escogiste! - fruncí el ceño confundida, mientras ella dirigía una mirada matadora a su mamá.

- Hija, Alex no sabe que utilicé el nombre que ella eligió - dijo nerviosa, mirándome de reojo. La pequeña estiró su pequeña manita a modo de saludo y se presentó.

- Me llamo Emma Chapman, pero puedes seguir llamándome princesita - dijo volviendo a sonreír.

La conversación que tuve en aquella ocasión con Piper volvió a mi mente de golpe. Todos los planes, todos los sueños... Algunos los había alcanzado sola y definitivamente no era lo mismo. Otros aún no habían logrado hacerse realidad.

Pero un sueño en específico estaba ahora parado frente a mí, y no había duda que la pequeña era incluso más hermosa de lo que alguna vez pude soñar. Aún no puedo creer que ahora es una niña de carne y hueso, una realidad. Me hubiera encantado estar en su vida desde el primer momento, pero ya no había como retroceder el tiempo. Sin embargo, como le dije a Piper aún hay mucho tiempo por delante, y si me lo permite nada me haría más feliz que ser parte de la vida de Emma de hoy en adelante.

Una lágrima traicionera escapó por mi mejilla mientras tomaba su manita para saludarla.

- Mucho gusto Emma, no sabes lo feliz que me hace que lleves ese nombre. Y no te preocupes, tú siempre serás mi princesita - le dije guiñándole el ojo y acariciando su pequeña mejilla. Su sonrisa era divina, y así es como quería verla siempre... feliz.

Escaló como pudo por mis piernas y se sentó en mi regazo abrazándose a mí, y no dudé ni un segundo en rodearla con mis brazos y pegarla más a mi pecho. Volteé a mirar a Piper sin soltar a Emma y vi algunas lágrimas que se le escapaban mientras nos observaba.

Deje un beso en la cabecita de Emma, y luego estiré uno de mis brazos para limpiar las lágrimas del rostro de Piper y atraerla a nosotras.

Después de muchos años me sentía completa. Ahí, sentada en ese parque, con ellas en mis brazos... aunque con un futuro bastante incierto aún ya que no habíamos podido seguir conversando con Piper... pero con sólo tenerlas ahí conmigo en ese momento ya me sentía feliz.

Estuvimos ahí abrazadas por un rato más, y luego les ofrecí ir a comer un helado. Emma fue la más feliz con la idea, se paró como un resorte y nos jaló para apresurarnos. Tomó una mano de cada una y caminó saltando contenta mientras repetía una y otra vez "Vamos a comer helado". Piper y yo sólo reíamos con sus ocurrencias, y de vez en cuando nuestras miradas se conectaban diciéndose todo... sin decir nada.

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¡Para despedir el fin de semana, les dejo un nuevo capítulo!

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-Vonny-