25: La chaqueta (2)

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Luego de caminar muchísimo, divisé la casa de Nick a lo lejos, y empecé a correr.

Me detuve frente la entrada.

—¿Ahora qué? —Susurré.

Agarré mi teléfono, que gracias a Dios había recordado traer, y le marqué a Nick.

Llamé, pero no recibí respuesta. Observé mi teléfono desepcionada, pero obtuve una llamada de vuelta.

—¿Hola? —Respondo con entusiasmo.

¿Riley? —Su voz era ronca y algo adormilada. —¿Qué haces despierta?

—Perdón por despertarte, es que estoy afuera de tu casa... —Nick me interrumpe.

—¿Qué? —Fué lo único que dijo.

Escuché un ruído proveniente de arriba, así que miré hacia el lugar y era una ventana abriéndose.

Nick aparece desde la ventana, con su celular sobre su oreja, observándome. Lo miro presionar la pantalla con su pulgar y bajar su celular del costado de su rostro.

Bueno, habían muchas cosas por procesar:

Nick tenía el cabello desordenado, lo cual no me sorprende, pero era difícil de creer lo bien que le quedaba. Además, estaba sin camisa. Tenía los ojos achinados, lo que me confirmaba que se había recién levantado. Sus cejas estaban muy hundidas, y por mi mente solo podían pasar las mil preguntas que pasaban por la suya.

—Hola. —Dije tímida.

Nick sonríe, pero sin dejar de hundir sus cejas. Lo ví moverse hacia adelante y apoyar un brazo sobre el otro en el umbral de la ventana.

—¿Se puede saber qué haces afuera de mi casa, en pijama, con mi chaqueta, a las 3:03 a.m? —En sus mejillas habían unos pequeños hoyuelos.

Oh, mi debilidad.

—Quería traertela. —Me quito la chaqueta y la pongo sobre mi brazo. —Pero tienes razón, creo que es muy temprano. Te la daré mañana.

—Sí, es muy temprano. —No dijo más nada.

¿Es enserio?

—¿Ya? ¿Sólo dirás eso? ¿No vas a detenerme? —Pregunté claramente indignada, sorprendida.

—Depende, ¿quieres que te detenga? —Su sonrisa se ensancha en diversión.

—Pues... —Balbuceo.

—Es broma, sube —Hace un ademán con la mano—. Jamás te dejaría ir.

Suspiré en alivio.

—No sabes lo mucho que me alegra oír esas palabras —Admití—. Pero, ¿me puedes abrir la puerta? Tengo mucho frío.

Nick suelta una risita traviesa.

—Ya voy.

A continuación, Nick se va de su ventana, y segundos después, aparece abriendo la puerta principal, lo que me permite admirarlo mejor.

Nick llevaba unos pantalones largos, y como dije anteriormente, estaba sin camisa. Sus ojos estaban menos achinados que antes, pero su cabello seguía igual. Ahora es que recuerdo que Nick es deportista, lo olvidé.

—Pasa —Me invita—.

Entré y lo seguí hasta su habitación.

Ambos entramos y estiré mis brazos hacia él, con la chaquetas sobre ellos.

Nick estaba a punto de agarrar su chaqueta, pero ve mi rostro, así que retira sus manos, lo que me deja confundida.

—¿Qué...? —Fuí interrumpida—.

—Creo que tú la necesitas más que yo —Dice—. Y así, siempre que la uses te acordarás de mí.

Repito, alguien que me eche un balde de agua fría, por favor.

Miré la chaqueta y me la coloqué.

—Gracias —Dije con una sonrisa—. Pero entonces, mi sufrimiento habrá sido en vano.

—No es cierto, puedes quedarte —Dice— No a dormir, necesariamente. Puede ser a charlar.

—No quiero charlar —Sé que esas palabras salieron de mi boca, pero no sé como—. Olvida lo que dije.

—No. Quiero saber que quieres.

Mis ojos miraron los suyos, quienes también miraban los míos intensamente. Miré esta vez sus labios. Estaban algo rosados carnosos. Me mantuve así por segundos, lo que me aceleró el corazón. Entonces me miré a mí misma. Del pecho, para abajo, ya que es lo que alcanzaba a ver. Miré la chaqueta de Nick, podía sentir su olor aún.

Alzé la mirada a sus labios nuevamente, y entonces dí un paso hacia él. Sabía que ese paso era incorrecto, debía retroceder.

Pero no lo hice.

Nick notó mis intenciones, y también se acercó a mí, pero no dió solo un paso.

Ya junto a mí, puso una mano en la parte baja de mi espalda, y la otra sobre mi mejilla, que terminó por mi cuello. Con esa mano sostuvo mi cabeza y unió nuestros labios en un beso tierno. Como única opción, le seguí el beso y coloqué mis manos al rededor de su cuello, y lo uní más a mí. Nuestros labios se movieron en perfecta sincronía, y yo no lo detuve.

Me sentía bien, así junto a él. Pero no cambiaba las cosas.

Me separé de él y lo miré a los ojos. Sin poder aguantar, mis ojos se cristalizaron.

La primera lágrima calló.

N/A

Holis :)

¿Cómo andan?

Ya debería dejar de hablar sola.

Bueno, espero les esté iendo bien en lo que hacen.

Ah, y para los que estén en Insti, ESTUDIEN.

Ya pues, no tengo más que decir.

Bye❤

Chica Perfecta [RN#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora