Chica Perfecta [RN#1]

56: Ojos azules

Dos días después

Claire's POV

Mi celular empieza a vibrar, casi arruinando mi mañana.

Presiono el botón de apagado, rechazando la llamada que venía entrando y reviso la hora. Eran las 10:43 a.m

Creo que esto es lo más temprano que me he despertado en un fin de semana.

Veo mis notificaciones, tenía 12 de Instagram y 19 mensajes en WhatsApp. Los demás los ignoro.

Entro a WhatsApp y espero ver un mensaje de Alex, pero veo que 6 de los mensajes en WhatsApp eran de Camille.

Camille y yo empezamos a hablar solo porque quería ayudarle a arruinar la vida de Riley, ella porque quería a Nick, y yo por venganza.

Lo sé, lo sé, no debería desperdiciar mi vida en gente como ella, pero las cosas no quedarían así.

Lo malo, Nick se fue, y ahora no hay como afectar a Riley. Tal vez si supiera algo sobre ella que me ayudara a arruinarle esa sonrisa de chica inocente.

Ignoro los mensajes que tenía pendientes, y reviso la última vez que Alex se había conectado.

Hace 1 hora.

¿Y no me había escrito?

—¿Qué haces?

Una voz irritante resuena por la habitación.

Abro mi boca para responder con cualquier cosa sarcástica que se me ocurriera en el proceso, pero ella habla antes.

—Espera, no me digas, estás acosando a Alex de nuevo.

Hago una mueca.

Puede que sea verdad, pero no significa que suene bien que alguien lo diga en voz alta.

—Tomaré tu silencio como un sí.

La miro, casi atravesando su cuerpo con mis ojos.

—¿Quién te ha dado invitación para venir a mi habitación? —No vamos a ignorar el hecho de que acabo de hacer una rima, ¿cierto?

—No seas así, hermanita —Al hablar se recuesta en el marco de mi puerta—. Por cierto, deja al pobre Alex en paz, te dije que su relación contigo no iba a durar, a demás de que ya terminaste la secundaria. Deja al muchacho atrás.

—Es un buen consejo, —Pongo mi mano en mi quijada, en aspecto pensativo—. Lástima que nadie te pidió tu opinión.

—Auch.

Fer hace un puchero, fingiendo dolor.

—Vete ya, Fer —Hago un ademán con la mano, básicamente diciéndole que se largue.

—Grosera —Dice saliendo de la habitación.

A-mén.

Como decía antes, Camille me sigue escribiendo aunque ella y yo ya no tenemos nada que nos una, así que no sé como decirle que se olvide de que existo y que se consiga una vida, sin ofenderla.

O sea, jelou.

Como sea, decido levantarme de mi cama y darme un largo baño, porque me lo merezco, porque puedo, porque lo digo yo, y porque me da la gana.

Después de dos horas de baño, y arreglarme el cabello, salgo de mi habitación para ir a desayunar-almorzar lo que había preparado mi padre.

Probablemente comida instantánea.

—¿Vas a salir hoy? —Mi papá, que por cierto estaba sentado en el sofá mientras miraba algún partido de tenis, dice—. Necesito que compres café, se acabó.

Camino hasta la cocina y abro el refrigerador para buscar un poco de rica agüita fría.

—Tienes a Fer para eso, yo voy a la casa de una amiga —Miento. Seguro me pasaría por un bar, o tal vez un club. Depende de mi estado de ánimo.

—Está bien, cariño, pero no llegues tarde.

Me volteo hacia él rodando los ojos.

—Tal vez me quede a dormir en su casa.

Él levanta ambas cejas.

—Las cosas se preguntan, Claire —Me regaña—. Y si yo digo que no puedes ir a casa de tu "amiga" entonces no vas, por si se te olvidaba.

Tomo un trago de mi vasito con agüita, y continúo.

—Como digas, papi —Dejo mi vaso medio lleno en la mesa, agarro un abrigo, mis llaves, mi bolso, y salgo de allí.

Como dije antes, voy a un bar.

Pido una bebida y decido ver que hay de nuevo en Instagram, lo cual me aburre y reviso los mensajes que había dejado pendiente esta mañana.

Entonces recuerdo a Camille, quien me había dejado un poco intrigada.

Camille:
Hola rubia.

Camille:
Tengo un vídeo que podría interesarte.