54: Ojos verdes

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Tenía que hacer algo, lo que sea.

Había perdido la cuenta de cuántos minutos nos habíamos mantenido mirándonos el uno al otro, y aunque estuviese cómoda, no podía permitir que esto llegara muy lejos.

Por el bien de ambos.

Estaba por sentarme sobre el colchón, pero ninguno de mis músculos se movió. Observé sus ojos verde esmeralda.

No lo iba a negar, sus ojos eran hermosos.

Pero en mi mente seguía convencida de que debía terminar con este momento "romántico".

Tenía el plan de levantarme nuevamente en mi cabeza, pero simplemente no podía moverme.

¿Ahora qué?

Mis ojos se deslizaron hacia su cabello, y me mordí el labio, dudando si mis dedos deberían pasar por él.

No creo que le moleste.

Mi mano se levanta de encima del colchón y tímidamente se acerca a su cabello. Mis dedos empiezan a jugar con él, y poco a poco baja hasta llegar adelante de sus orejas, y con mi dedo marcar su mandíbula.

No sabía lo que hacía, pero por alguna razón, parecía no dudar en hacerlo.

Mi mano se detiene y con mi pulgar acaricio su mejilla.

Fue entonces cuando hice algo que desearía no hubiese hecho.

Mis ojos bajaron a sus labios.

Cerré mis ojos. Los cerré con fuerza, sabiendo que ese movimiento me costaría la paz durante la noche.

Traté de calmarme, y sin darme cuenta mi mano había vuelto a su lugar anterior.

Entonces sentí su mano tomando la mía, llevándola hacia su rostro nuevamente.

Abrí mis ojos, y ahí lo ví, igual que yo, observándolo.

-Andrew, por favor-

No pude continuar. No sabía que decir.

Él me observa expectante, como si no tuviese miedo a que lo rechazara.

Tragué saliva, y traté de calmarme. No lo logré.

Sus ojos paseaban por diferentes puntos de mi rostro, y eso no ayudaba en nada.

Con una mano corrió un mechón de mi cabello hasta detrás de mis orejas, y me sonríe.

-Eres hermosa -Me dice. De acuerdo, soy yo o... ¿esa voz me ha sonado ronca?-. Y espero no haber sido el primero en haberlo dicho.

-No sé que quieres lograr.

Sonríe.

No sé por qué, pero no me gusta cuando sonríe. Siento como si en su mente él supiera algo que yo no, y me estresa.

-Nada, pero si te ofreces, entonces puedo tener unas ideas -Sus labios se separan lentamente, dejando a la vista su lengua, la cual pasa por estas dejándolas húmedas.

Tranquila Riley, solo trata de provocarte.

Y lo está logrando.

-Si me da permiso, bella dama, me gustaría plantar mis labios en los suyos, y dejarle un recuerdo de mi compañía antes de que tenga que irme -Su voz suena formal y ronca a la vez.

¿Cómo lo hace?

-No sé como responder a eso.

-Es fácil. Puede o besarme, o darme el permiso de hacerlo por mi propia cuen- Antes de que me arrepintiera, sello sus labios con los míos, y mi mano había vuelto a su cabello, en la parte de su nuca.

Su mano se posa en mi mejilla y la acaricia suavemente.

Nuestros labios de movían lentamente, y de alguna forma, se movían en perfecta sincronía, como si se hubiesen conocido antes.

Andrew parece querer levantarse, y para no quedarme atrás, él me guía con su mano ahora en mi cuello.

Entonces me di cuenta que solo quería cambiar de posición para tomar control del beso.

Y yo no me queje, en lo absoluto.

Y debo decirlo, el pelirrojo sabe besar.

Pero lo que aún no salía de mi mente era el hecho de que yo haya iniciado el beso.

Yo, Riley.

Besé a Andrew,

y él me besó a mí.

Chica Perfecta [RN#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora