Mi compañero de piso.

Capítulo 13 "Un fatídico encuentro"

Capítulo 13 "Un fatídico encuentro"

Entro con rápidez en la habitación y apoyo mi espalda en la puerta, Claudia me mira con el ceño fruncido.

–¡Kylan casi ve el test de embarazo! –digo alarmada, las palmas de mis manos empiezan a sudar. ¿Y si lo ha visto?

–¿Qué? ¿Y que piensas hacer? –pregunta Claudia levantándose de la cama. Me deslizo por la puerta para acabar sentada en el suelo y me tapo la cara con ambas manos.

–No lo sé. –susurro derrotada.

–Tranquila, no tiene por qué saber que es tuyo. Diré, si es necesario, que es mío. –destapo mi cara y la miro con un brillo de esperanza en mis ojos –, pero solo hasta que estes preparada para contárselo. –frunzo mis labios.

–No sé cómo contárselo. –me muerdo la cara interna de mi mejilla.

–Holly, es el padre, tiene derecho a saberlo. –asiento y la puerta hace acto de querer abrirse, así que me elevo del suelo y me seco con rapidez algunas de las traicioneras lágrimas que mojaron mi rostro.

–Kylan. –susurro su nombre cuando le veo.

–Hollywood, ¿Podemos hablar en privado? –Claudia con una sonrisa me guiña un ojo y sale de la habitación, Kylan cierra la puerta y se sienta en mi cama. Palmea el lado vacío que hay en la cama y yo camino, con cierta inseguridad, hacia ahí para sentarme.

–Kylan, no precipites tus teorías. –le digo demasiado rápido, por lo que él frunce el ceño.

–Solo quiero saber una única cosa... ¿El test de embarazo es tuyo? –me muerdo el labio inferior, si le confesaba que sí, tal vez se vería obligado a quererme y yo no quería eso, y si le decía que no, le estaría mintiendo. 

–No. –susurro en voz baja, pero parece que Kylan lo ha escuchado cuando se levanta de la cama.

–Entonces no hay absolutamente ningun problema, compañera de piso. –dice con voz fría para luego salir de la habitación.

–¡Kylan! –exclamo, y la puerta se abre, pero no es Kylan, si no que es Claudia, por lo que pongo una mueca de disgusto.

–¿Qué ha pasado? –pregunta sentándose a mi lado. Me envuelve en un cálido abrazo.

–Me preguntó si el test era mío, le dije que no, y se fue. Me habló tan... frío, como si le doliese dirigirme la palabra. –bajo la mirada y aumento la fuerza del abrazo, reprimiendo un sollozo.

–Pero sí el día antes de irnos a casa de mi padre, él y tú estabáis genial... ¿Cómo ha pasado eso? –niega con la cabeza mientras se separa de mí. –No lo entiendo, voy a hablar con él. –dice mientras se levanta, pero yo tiro de su brazo haciendo que no se mueva.

–Deja que yo hable con él. –ella asiente. –Pero primero vamos a comer algo. –su sonrisa se amplía y bajamos las escaleras para ir hasta la cocina.

–¿Sabes cocinar? –me pregunta Claudia.

–No, ¿Tú? –ella niega con una mueca.

–¿Qué queréis comer? –pregunta la voz de Kylan y yo me doy la vuelta ligeramente asustada, por lo que él ríe. 

–Mmmh... ¡Pizza casera! –exclama Claudia. Kylan y yo nos dedicamos una mirada cómplice recordando nuestra primera pizza casera. 

–Venga, yo os la hago, vosotras ir al salón. –dice Kylan mientras se acerca a la cocina.

–¡No! –dice Claudia poniendo un puchero –, hagámosla los tres. ¡Será divertido! –dice riendo.

  –Si no se quema. –murmuro yo esbozando una cálida sonrisa.