Capítulo 20 "Secretos ocultos"

154K 5.3K 516
                                    

Capítulo 20 "Secretos ocultos"

Me despierto por la luz del sol colándose perfectamente entre la pequeña rendija que dejan al descubierto las cortinas azul marino. Estiro los brazos mientras bostezo y cuando los dejo caer sobre la cama me encuentro que el otro lado de la cama está vacío. 

–¿Kylan? –susurro para comprobar que no hay nadie, llevamos juntos una semana y cada mañana desaparece sin dejar rastro. ¿El por qué? Su trabajo, lo secuestra todos los días y no puedo disfrutar ni un mísero segundo de su presencia.

Así que al ver que esto iba para largo, decidí programar una cita. 

Empujo las mantas hacia un lado y me levanto de la cama, me enrollo el pelo sobre la cabeza y lo agarro con una goma de pelo negra, me coloco una camiseta de Kylan y bajo hacia la cocina. 

Me agacho para coger con ambas manos una de las sillas de madera que hay rodeando la mesa del comedor y la coloco frente a una gran librería. Me subo sobre la vieja silla que se tambalea un poco, pero ignoro ese detalle mientras busco un libro de tono verde pastel. Cuando lo localizo, lo saco de la librería y leo.

*Pasos fáciles para hacer un buen menú.

Me bajo de un salto de la silla y dejándola frente a la librería, me dirijo hacia la cocina. Poso el libro a un lado de los fogones y lo abro por la página 18, donde aparecen las tortitas, los gofres, y las distintas variedades de pasteles. Si algo sabía yo de Kylan, es que le gusta empezar a comer por el postre y no le gusta demasiado la carne. 

Dejo el libro abierto por la página donde aparecen las magdalenas de chocolate. A él le gustan las magdalenas, a mí el chocolate, ¿Combinación? Magdalenas de chocolate.

Me dirijo a la nevera y saco los ingredientes. Los coloco todos sobre la cocina.

«Falta algo.» pienso en el silencio de mi mente, camino contoneando las caderas hacia el equipo de música y le doy a Play. Muevo la pequeña rueda subiendo así el volumen y entonces esbozo una amplia sonrisa. Vuelvo a la cocina cantando en inglés y empiezo a preparar las magdalenas de chocolate.

Coloco el resultado de la masa de color marrón en unos pequeños papeles para magdalenas y lo meto dentro del horno. Escucho una pequeña vibración en la mesa del comedor y mis cejas se juntan formando una única ceja, camino hacia la mesa y cojo el móvil, que tiene una llamada entrante.

–¿Sí? –digo con el tono de voz alto, para que sea quien sea quien llame me escuche mientras no bajo el volumen de la música.

–¿Hollywood? –su voz me desconcentra y camino con rapidez para apagar la música.

–Kylan, ¿Pasa algo? –pregunto con preocupación, no era muy normal que me llamase a estas horas.

–No, ¿Por qué tienes la música tan alta, Hollywood? ¿Te has vuelto sorda? –esbozo una pequeña sonrisa.

–Pues claro que no, estaba... –miro el horno que está echando humo–, mierda. –corro hacia el horno y lo abro, dejo el móvil sobre la encimera de la cocina y, olvidándome de los guantes, intento sacar la bandeja de magdalenas del horno. Pero todo acaba en un completo desastre.

Las magdalenas acaban esparcidas en el suelo y mis manos palpitan por las zonas rojas, donde mi piel hizo contacto con la bandeja, y el humo me obliga a toser.

–¿Holly? Contesta Holly. –escucho la débil voz de Kylan a través del móvil y lo cojo.

–¿Mmmh? –pregunto poniendo el móvil entre mi oreja y mi hombro y relajo la piel quemada bajo el chorro frío de agua.

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora