Capítulo 30 "¿Novio falso?"

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Capítulo 30 "¿Novio falso?"

Me dejo caer en el asiento del Ferrari rojo de Alec, y éste se sube en el asiento del conductor.

-Ya tienes mejor cara. –me dice cuando cierra la puerta del coche.

-Es este coche, me ha alegrado la vista. –confieso mientras acaricio la piel beige de los asientos.

-¿Y yo no te alegro la vista? –pregunta poniendo un puchero y yo niego con una sonrisa, y le saco la lengua-. Nadie diría que tienes 18 años. –dice negando con la cabeza, y enciende el motor.

-¿Cómo sabes mi edad? –pregunto cruzándome de brazos y mirándole el perfil de su rostro.

-Soy adivino. –dice sin mirarme, mientras comprueba los espejos retrovisores y el coche empieza a moverse.

-La verdad, Brown. –exijo.

-Aparecía en tu agenda médica. –confiesa dedicándome una rápida mirada, que luego vuelve a fijar en la carretera.

-¿Y qué haces en Italia? –pregunto.

-¿Cómo sabes que no me paso toda la vida aquí? –pregunta él, y yo me sonrojo.

-Claudia, me habla siempre de ti. En nuestros momentos de chicas. –digo.

-Pues… ya que yo sé tu enfermedad y el número de una amiga tuya, veo justo contarte algo. –yo le presto atención, y él empieza a hablar sin mirarme en ningún momento-. Mis padres se separaron cuando yo empecé a ser famoso. A mi madre no le gustaba que todo el mundo supiese donde vivía, que talla de ropa usaba, mi teléfono móvil… No le gustaba el hecho de que mi vida privada se hubiese esfumado. Mientras que a mi padre le encantaba. Y se divorciaron. –me mira a los ojos, y pronto vuelve a fijar su mirada en la carretera-. Todas las navidades vengo a visitar a mi padre aquí, en Italia. –acaba de hablar.

-¿Y tu madre? –pregunto.

-Murió de cán… -deja de hablar, y me mira-. Ahora te toca a ti. –dice y vuelve a mirar a la carretera-. ¿Quién fue? –pregunta.

-¿Quién fue qué? –pregunto confusa.

-El que te dejó embarazada y el que te dejó. –dice.

-¿Cómo sabes que me dejó? –pregunto.

-Soy un Sherlock Holmes moderno. –dice orgulloso.

-Sorpréndeme. –le digo.

-Tienes una cadena con un anillo de hombre, el que supongo que llevas porque se ha muerto quien llevaba ese anillo. Tiene una grabación que pone forever por lo que sé que era más que un amigo. –asiento con la cabeza, recordando a Brad-. Pero ese no es el que te embarazó. Estás aquí y no sabes mucho Italiano, por lo que no debías de haber planeado muy bien este viaje, si no que fue espontáneo. O un mero regalo. No tienes el brillo en tus ojos que muestra felicidad, por lo qué o se ha muerto alguien… -dice mirando el anillo que llevo colgado-. O te han dejado. –dice mirándome, esta vez a los ojos. Dejo escapar un suspiro.

-Te falta algo. –digo.

-¿El qué? –pregunta intrigado.

-El anillo es de mi primer amor, y sí, está muerto. O eso creo. Y sí, me ha dejado el que me embarazó. –él sonríe para sí.

-¿Y qué me falta? –pregunta.

-¿Por qué me ha dejado? –digo-. ¿Podrías adivinarlo? –pregunto.

-Yo no adivino, comprendo. –me dice.

-Vale. –ruedo los ojos.

-Y no, no hay nada que me indique por qué te ha dejado. –suspira.

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora