Capítulo 27 "Despedidas y bienvenidas"

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Capítulo 27 "Despedidas y bienvenidas"

Después de despedirme de mis padres y del pequeño Dani, cojo un taxi. Al llegar al aéreo puerto me bajo del taxi y saco mi maleta del maletero. Estiro el asa para poder arrastrarla y dejo escapar un largo suspiro.

Arrastro la maleta rosa fucsia -un poco llamativa para mi gusto- por el aéreo puerto. Mucha gente corre por los pasillos por su impuntualidad, chocando con la gente. Otras personas caminan con lentitud y desanimados, mientras se alejan de sus seres queridos, sin querer irse. Otras estan sentadas en los asientos de plástico negro, esperando a que la voz mecanizada diga que su vuelo está a punto de despegar.

En cambio yo, no soy ninguna de esas opciones. Me paro frente a la zona de embarque del avión que me llevaría a Italia, y dejo la maleta quieta. Esperando a que pasase algo que me impidiese irme.

Cierro los ojos durante un segundo, y cuando los abro de nuevo, a mi lado se encuentra alguien, esperando al igual que yo. Giro la cabeza para tener una mejor visión de su rostro y me encuentro con su cara descuidada. Barba de tres días, ojeras, pelo enmarañado... Viste un jersey de cuello vuelto negro que se pega a su cuerpo, no dejando mucho a la imaginación. Y unos pantalones vaqueros le cuelgan de sus caderas, agarrados por un cinturón. Sus ojos azules oscuro se posan en los míos, e intenta esbozar una sonrisa, pero forma una mueca de disgusto.

Por mi cabeza pasan millones de preguntas, y ninguna de ellas tenían respuestas. Él guarda silencio, y yo dejo de mirarle, para luego pasar mi mirada hacia mi maleta, noto una pequeña punzada de dolor que me indica que yo realmente no quiero irme, pero mi cabeza me grita a la vez que me alejase lo máximo posible.

Dejo escapar un suspiro y levanto la mirada. Me encuentro con su mirada mirando fijamente mi maleta, con dolor en los ojos. Aunque quizás solo es mi imaginación y en realidad él está deseando que me vaya.

Espero a que hable, pero solo entre abre sus labios y luego los vuelve a cerrar, dejando escapar un pequeño suspiro. 

La voz mecanizada nombra mi vuelo, y muy a mi pesar, estiro de nuevo el asa de mi maleta. Durante unos segundos me quedo quieta, esperando a que él me diga algo. Cualquier cosa. Pero solo estamos en silencio, separados por unos pocos metros, mientras la gente camina a nuestro alrededor, esquivando nuestros cuerpos.

Dejo escapar un suspiro y decido empezar a hablar.

-¿Qué haces aquí? -pregunta una voz que noto como si no fuese la mía propia. Suena rota, y cada palabra se clava en mi boca, produciéndome heridas, como si fuesen pequeños trozos de cristal.

Le miro directamente a los ojos y él simplemente se encoge de hombros. No pronuncia ninguna palabra. Y la frustración empieza a quemar mis nervios.

Vuelven a llamar mi vuelo, diciendo que embarquemos ya, que está a punto de despegar. Le dedico una mirada rápida a Kylan y mis nervios aumentan todavía más.

-¿Quieres decir de una puta vez algo que me diga que hacer? –gruño perdiendo los estribos. Kylan me ignora y noto como se acerca a mí y me envuelve en sus brazos. Me dejo llevar por la familiaridad de sus abrazos, y por su olor a gel de ducha, y lo aprieto más contra mi cuerpo, deseando que ningún tipo de distancia nos separase, pero él, después de unos segundos, apoya sus manos en mis hombros y me separa de él.

-Adiós. -susurra y mis ojos se llenan de lágrimas, y antes de que me viese llorar, corro hacia la entrada de mi vuelo, perdiéndome entre la gente, y perdiéndole a él. Quizás para siempre.

***

Miro los asientos numerados, y vuelvo mi mirada al billete que sostenían mis temblorosos dedos. Busco mi asiento y me dejo hundir en él. Dejo escapar un suspiro y noto como la soledad que deseaba poder tener se esfuma cuando una chica se sienta a mi lado.

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora