Mi compañero de piso.

Capítulo 36 "Sentimientos viejos"

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/////////////////////////////////////// Aquí el capitulo ////////////////////////////////////////////////

Capítulo 36 "Sentimientos viejos"

POV CLAUDIA

Horas antes...

Coloco con rapidez un puñado de su ropa, junto con la mía, y le miro. Esbozo una sonrisa, sabía que esto podría acabar bien, lo sentía en mi corazón.

—¿Lo tienes todo preparado? —pregunté, cerrando las cremalleras de la maleta morada.

—Sí, creo que sí. —dejó escapar un suspiro y se levantó de la cama, donde anteriormente se encontraba sentado—. ¿Crees que funcionará? —preguntó con voz nerviosa.

—Creo que sí. —asentí con una sonrisa amplia.

—Pues vamos, no quiero perder más tiempo. —dijo con una luz diferente en sus ojos, algo que mostraba que ahora tenía un poquito de felicidad en su mirada. 

—¿Tienes los billetes? —pregunté mirando la hora en mi reloj. Las diez de la mañana, si teníamos suerte llegaríamos a las 10 de la noche. 

—Sí. —asintió con la cabeza y cogió la maleta—. Vamos a Italia. —dijo

POV HOLLY

Paso la página del último libro de la saga Cazadores de sombras, y cruzo mis pies sobre la estufa. Todos mis sentidos están concentrados en lo que sucede en el libro, cuando alguien me lo arrebata de las manos.

—¡Eh! —exclamo en protesta—, por si no te habías dado cuenta, lo estaba leyendo. —Alec rueda los ojos mientras se coloca una corbata negra alrededor de su cuello—. Trae anda, que tú no sabes. —digo levantándome de un salto de mi pequeño sillón y me coloco frente a él.

—Que bajita eres. —dice formando una sonrisa con sus labios, y yo ruedo los ojos.

—No es mi culpa que tú seas tan alto. —contesto mientras, con manos ágiles, le anudo la corbata—. Ya estás. —digo dándole el último toque-. Perfecto. 

—¿Estás segura que no quieres venir? —me pregunta por millonésima vez y dejo escapar un suspiro. Él me atrapa y se sienta en el sillón donde antes estaba yo sentada y me sienta sobre sus piernas.

—Por enésima vez, no quiero volver a inmiscuirme en una de tus fiestas de famosos. —respondo cruzándome de brazos.

—No te dejaré sola. —afirma.

—Eso dijiste la última vez. —niego con la cabeza—. No Alec, no. —contesto y me levanto de su regazo—. Por cierto, ¿no iba a venir tu padre y tu madrastra? —pregunto mirándole a los ojos.

—Dicen que la ventisca no les van a dejar venir a tiempo. —contesta encogiendose de hombros.

—Nunca me dijiste que tal era tu relación con ella... —susurro, mirándole a los ojos.