Capítulo 35 "Atrapados por la nieve"

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Capítulo 35 "Atrapados por la nieve"

Observo como él intenta desesperadamente recuperar el control del coche. Da un giro brusco, y mi cuerpo se tambalea, impactando contra la ventanilla. Un pitido inunda mis oídos, y mi visión se torna borrosa. Llevo mis dedos temblorosos al lateral dolorido de mi rostro y cuando los observo, éstos están cubiertos de una sustancia espesa y pegajosa, de color rojo. Sangre.

 La nieve le dificulta su misión de controlar el coche, y éste empieza a girar sobre sí mismo, acabando contra el quitamiedos. Un escalofrío recorre mi espina dorsal, y noto como el quitamiedos se rompe por el impacto del coche.

Un grito desgarra mi garganta, y el coche empieza a dar vueltas de campana, cayendo por un pequeño terraplén.

Alec estira sus brazos en un intento desesperado por abrazarme, para cubrirme de los daños mayores, y yo cierro con fuerza los ojos, notando como el cinturón perfora mi piel.

El coche deja de girar, impactando contra un árbol, y escucho el pitido de alarma del coche.

Todo se torna negro.

***

-¿Estás bien? –pregunta Alec con preocupación, mirándome de arriba abajo.

-S…sí ¿Y tú? –pregunto con la voz entrecortada.

-Estás sangrando. –afirma, mirándome el lateral derecho de la cabeza, junto con el nacimiento de mi pelo.

-No importa. –susurro. Él niega, arrancando un trozo de su camiseta blanca y me lo pasa por la herida, limpiándome la sangre. 

-Está nevando mucho. –dice formando con sus labios una fina línea-. Y creo que debería salir para ver donde estamos, y que tal está el coche. –dice con una mueca en sus labios.

-Me he dado cuenta. Parece que hay ventisca. –él asiente, y se desabrocha el cinturón-. Voy a salir ya. –me informa. Susurro un inaudible “vale” y él abre la puerta, para luego cerrarla.

Estiro mi brazo alcanzando su móvil, y reprimo un quejido cuando observo que no hay cobertura.

Alec entra de nuevo en el coche, con una mueca que me muestra que los daños son considerables.

-¿Hay cobertura? –pregunta cuando nota que sostengo su móvil.

-No. –niego con la cabeza y dejo escapar un suspiro.

-Estamos al final de un terraplén y… -deja de hablar cuando fija su mirada en el capó del coche, que está echando humo-. Holly, sal. –me ordena, y yo abro la puerta. Bajo del coche, colocándome la chaqueta que tenía en el asiento del coche, y me abrazo a ella. Alec sale después de mí y me observa.

-Vamos, hay que intentar subir. –dice ofreciéndome su mano.

-¿Estás de coña? Mira la inclinación, resbalaremos y no conseguiremos subir. –dejo caer los brazos a ambos lados de mi cuerpo.

-Tómatelo como una aventura. –dice esbozando una sonrisa.

-¿Cogiste el teléfono? –pregunto, y él asiente.

-Claro.

-Arriba igual tendremos más suerte. –digo y él sonríe, sabiendo que me refiero a que lo intentaría.

-Subo yo primero. –dice y empieza a subir por el terraplén. De vez en cuando se agarra a unas pequeñas raíces para no caerse. Soy incapaz de reprimir una carcajada cuando unas raíces se rompen y él cae rodando hasta mis pies.

-¿Me dejas decírtelo? –él asiente, tapándose la cara con ambas manos-. ¡Te lo dije! –grito y empiezo a reír-. Tómatelo como una aventura. –digo imitando su voz grave.

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora