Capítulo 26 "Destino: Roma"

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Había cerrado los ojos al golpearle en la cabeza con la sartén, y cuando los abro veo al chico con la sudadera negra tirado en el suelo, inmóvil, y dándome la espalda. Me agacho y le giro, sin poner ningún tipo de cuidado en mis movimientos, para poder ver su rostro.

-Mierda. Mierda. Mierda. -susurro al ver su rostro y me tapo la boca. Observo como pone una mueca de dolor y abre los ojos lentamente.

-¿Pero que coj... -deja de hablar cuando su mirada se posa en mi y luego pasa a la sarten que todavia sostengo entre mis manos.

Me levanto, alejándome de él y, de camino, dejo la sarten sobre la encimera de la cocina. Le desafio con una mirada fria.

-¿Que haces aqui? -pregunto cruzándome de brazos.

-Esta tambien es mi casa, te recuerdo. -dice levantándose del suelo mientras se frota la cabeza con dolor-. Le diste con ganas ¿eh? -esboza una sonrisa. Mis musculos se tensan.

-Te mereces eso y más. -susurro con odio.

-Vengativa, no conocia esa faceta tuya. -dice dando un paso hacia mi. Miro su cuerpo, cada vez mas cerca y doy un paso hacia atras.

-Quizas como solo estabas conmigo por pena, no te molestaste ni en conocerme. -se vuelve a acercar y yo me alejo de el, hasta que choco con la mesa del salon.

-Por lo que veo, tu si me conoces. -dice mirando la mesa del salon y da largas zancadas, para coger las entradas entre sus manos.

-Errores que se cometen. -digo a la defensiva, encogiéndome de hombros-. ¿Que haces aqui? -pregunto de nuevo.

-Lo mismo que tu, supongo. -mis nervios aumentan y mis manos tiemblan.

-¿V-vas a quedarte aqui? -pregunto en un pequeño tartamudeo y el asiente-. ¡No puedes! -elevo el tono de voz.

-¿Por que no? -pregunta.

-Porque me voy a quedar yo. -digo en un susurro, como si no quisiese confesarlo.

-Oh. -dice-. Pues me voy, Hollywood. -pongo una mueca.

-Adios. Y por favor, no me llames más Hollywood.

-Perdona, señorita Brandon. Me voy. -dice, llevándose el jersey de Akron y las entradas.

-¡Espera! -mis labios exclaman.

-¿Que ocurre? -pregunta, y puedo notar un brillo diferente en sus ojos.

No, Holly.

-¿Y Akron? -pregunto.

-Se lo regalé a mi prima. -se encoge de hombros y se da la vuelta, para irse, pero mi voz le detiene.

-Hablas como si fuese solo un cacho de... Pelo. -escupo con asco.

-No tienes ni idea. Asi que, mejor, me voy. -se vuelve a girar.

-¡Eso! Largate, como hiciste hace una semana. -grito, me prometí no volver a llorar-. Te odio. -susurro, entre cerrando los ojos.

Se gira, de nuevo, y me mira, parece que va a decir algo, pero abre la puerta y la cierra de un portazo.

Me quedo en silencio, mis musculos tensos se destensan, y tomo una bocanada de aire. No me habia dado cuenta de que estaba conteniendo la respiracion. Camino con lentitud hacia el sofá y me dejo caer en el, como si fuese un peso muerto.

Cierro los ojos y le permito a mi mente el lujo de vagar.

Era increible como todo se había torcido. Lo que ella pensó que era su pequeño motivo de felicidad, era tan solo una mentira. Piadosa, pero no dejaba de ser una mentira.

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora