Mi compañero de piso.

Capítulo 39 "¿Harías una locura?"

Capítulo 39 "¿Harías una locura?"

Saco de una bolsa un pantalón vaquero que me queda ligeramente holgado, junto con un jersey beige, y se lo tiro a Claudia, quien está encima de la cama jugueteando con sus dedos.

–¿Hago bien? –me pregunta mordiéndose el labio inferior y yo me limito a asentir con la cabeza.

De la bolsa cae un vestido negro corto con un escote corazón y esbozo una sonrisa, tirándole el vestido a Claudia.

–Claro que haces bien. Una cita es una cita. –contesto encogiéndome de hombros.

–No es una cita, solo hemos quedado, como dos buenos amigos, para ir a cenar. –Dejo escapar una carcajada.

–¿A quién intentas convencer? ¿A mí? O… ¿a ti? –Claudia me lanza un cojín que yo no logro esquivar y me da de lleno en la cara–. Si fuese en otra época te habría devuelto el cojinazo. –Respondo sentándome al lado de Claudia y empiezo a acariciar mi barriga con delicadeza.

–¿Sabes ya que va a ser? –mis ojos se abren como platos.

–¿Tienes algo que hacer esta tarde? –ella niega sin saber a donde quiero llegar–. ¿Hay ginecólogos por aquí, no? Para saber que va a ser… –digo con entusiasmo.

–Pregúntale a Alec, fijo que sabe. –Asiento con la cabeza.

–Vuelvo enseguida, pruébate la ropa mientras –le sugiero a Claudia y me levanto de la cama.

Salgo de la habitación y camino hacia el salón, donde Kylan y Alec se encuentran hablando animadamente y viendo un partido de fútbol.

–Siento interrumpir vuestra sesión de… hombres –digo con una sonrisa torcida–, Alec ¿Puedo robarte un segundo? –Alec niega y yo pongo un puchero.

–Estoy ocupado. –Dice.

–Borde. –Escupo.

–Bueno, si insistes de esa forma tan cariñosa… –esbozo una sonrisa y me siento en medio de los chicos.

–Soy muy cariñosa –le digo señalándole con mi dedo índice.

–Lo tendré que comprobar. –Susurra Kylan a mi espalda.

–¡Eh! Esas cosas aquí no. Por favor. –pide Alec con cara de asco.

–Bueno, a lo que venía… –miro a Kylan de reojo y pongo una mueca–, ven Alec. –le pido levantándome del salón y ambos caminamos hacia la cocina, donde Alec cierra la puerta a petición mía.

–¿Por qué tanta privacidad? –pregunta Alec arrastrando una silla hacia atrás y sentándose en ella. Yo le imito.

–Quiero saber ya si va a ser niño o niña. Y quiero que sea una sorpresa para Kylan. –Digo encogiéndome de hombros.

–¿No crees que sería mejor si fueses con él? A mí me gustaría más. –Dice con sinceridad.

–Tú lo que quieres es quedarte a solas con Claudia… –susurro moviendo las cejas sugestivamente y cuando noto que se sonroja empiezo a reírme a carcajadas.

–Puede… –dice–, pero de verdad, yo te doy el número para llamar y pedir cita, y ya verás como una tarde los dos solos os viene muy bien. Deberíais hablar. –Asiento con la cabeza y me levanto de la silla.

–No dejes que su novio te estropee la tarde, no vale la pena. –Le susurro al oído y me dirijo al salón donde se encuentra Kylan y me siento a su lado.

Apoyo mi cabeza en su hombro y pongo mis piernas sobre las suyas, y él pasa su brazo por mi cintura para abrazarme. Coge el mando de la televisión y la apaga.