Capítulo 7 "Hermanastros"

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Capítulo 7 "El pelinegro"

Escucho el agua de la ducha correr, después de haber vuelto de la Universidad de Brad y que Kylan me diese un susto de muerte, él se fue a duchar.

Miro su móvil encima de la cama y me siento en ella, lo cojo y observo que tiene contraseña de dibujar. Maldigo en voz baja y agudizo el oído. Todavía se está duchando. Hago varias formas hasta que solo me queda una opción, pruebo con algo simple y de repente se desbloquea. Sonrío de oreja a oreja y empiezo a buscar en sus contactos el nombre de Claudia, pero no hay ninguna. Frunzo ligeramente el ceño y busco "prima" en sus contactos.

–¡Ajá! –exclamo triunfal cuando encuentro "Prima Claudia". Tecleo su número en mi móvil y dejo de oír correr el agua. Guardo el contacto y bloqueo el móvil de Kylan. Lo dejo sobre la cama y corro escaleras abajo.

Con el móvil en mis manos le doy a llamar y al quinto tono alguien coge la llamada.

–¿Sí? –dice una voz masculina.

–¿Está Claudia? –hay un silencio incómodo.

–Sí. –dice con voz grave y pasa otro silencio incómodo y escucho una voz femenina.

–¿Quien es? –pregunta.

–Hola Claudia, soy Holly, la compañera de...

–Oh, si, Hollywood. –ríe. –Dime, ¿Pasa algo? –recuerdo de nuevo la imagen de Brad y Taylor juntos y empiezo a asentir mientras noto las lagrimas bajar por mis mejillas.

–Necesito olvidar. –digo con la voz entre cortada.

–Ahora mismo paso a buscarte. –dice y cuelga.

Subo de nuevo las escaleras y cuando entro en la habitación para buscar algo de ropa me encuentro con Kylan solo cubierto de cintura para abajo con unos pantalones de pijama, colgándole perfectamente de las caderas.

–Vengo a por algo que ponerme. –informo limpiándome las lagrimas de los ojos disimuladamente y saco de la maleta un pantalón estampado de cintura alta y flojo y una camisa corta y floja negra. Cojo unos tacones negros y salgo de allí para ir al baño, pero una voz me interrumpe.

–Hollywood, ¿Por qué cogiste mi teléfono? –suspiro aliviada cuando no me pregunta algo sobre mis lágrimas.

–Em... Yo... –titubeo –, necesitaba el número de tu prima. –acabo cediendo y contándole la verdad. Kylan asiente y me mira. Yo me doy la vuelta y cuando estoy cerrando de nuevo la puerta él susurra:

–No creas que no me he dado cuenta de que has estado llorando. –me muerdo el labio inferior e, incapaz de reunir el valor suficiente para contárselo, termino de cerrar la puerta.

Entro en el baño y me cambio de ropa, cojo de una bolsa el rizador y empiezo a envolver mechones de pelo en el, dejando mi pelo ligeramente ondulado. Me maquillo un poco y tapo las ojeras que tengo. Observo mis ojos rojos por llorar y saco de mi bolsa un colirio. Me lo echo y el timbre suena.

Me calzo los tacones y bajo las escaleras ignorando la mirada de Kylan fija en mí. Abro la puerta y Claudia, enfundada en un vestido estampado, ceñido por la parte de arriba hasta la cintura y flojo le cae perfectamente hasta la mitad de sus muslos y calzando unas cuñas marrones, me saluda con una gran sonrisa.

–Estás preciosa. –me dice Claudia y yo sonrío.

–Tú igual. –me coge del brazo y caminamos hasta un Peugeot rojo.

–Sube. –me ordena y yo abro la puerta y me subo en el coche, ella se sube en el asiento del conductor y arranca.

–¿Tienes edad para conducir? –pregunto con el ceño fruncido, ella ríe y niega. –¿A dónde vamos? – pregunto con curiosidad.

Mi compañero de piso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora