1. Conxo

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POV CALLE.

—La esperanza puede ser muy poderosa; tal vez no haya verdadera magia en el hueso, pero cuando sabes qué es lo que anhelas y lo mantienes como una luz dentro de ti, puedes hacer que las cosas sucedan...

—Casi como magia —terminé la frase por Nina en un tono no muy agradable, escuché como soltó una pequeña carcajada mientras cerraba el libro que se encontraba sus manos, —¿Qué no tienes otro libro?

—Te gustaba, Calle —dijo de forma maternal, suspiré y rodeé los ojos mientras sentía como sus manos comenzaban a acariciar mi cabello de forma delicada, como siempre solía hacerlo cada vez que terminaba de leer ese ejemplar.

—Que fastidio, me lo aprendí de memoria —bufé acomodándome en la cama llena de sábanas blancas, quedando de espaldas a ella.

Desde que desperté, después del accidente que tuve, no había día en el que Nina no me leyese "Hija de humo y hueso". Al principio era muy agradable escucharla redactar semejantes palabras de la autora Laini Taylor, pero, luego de varios meses me había hartado.

—¿Cómo te sientes? —preguntó cambiando de tema, sin querer alegar solo respondí a su duda.

—Adolorida —comenté empezando a juguetear con el borde de una de las sábanas que usaba para cubrir mi cuerpo, enrollándola en mi dedo índice cual niña pequeña. Cada mañana y noche, el doctor Carson junto al doctor Ferrer venían a observarme para analizar el progreso que tenía con los medicamentos y con las psicoterapias.

Desde que desperté, ese día de lluvia, todo era médicos, pastillas y pesadillas, estaba harta de ellos, estaba harta de este lugar, de esta habitación, de las resonancias, de no saber nada, de todo; lo único que me reconfortaba cada mañana era saber que existía la posibilidad de que Poché despertara de ese maldito coma que la envolvía.

—¿Me recuerdas nuevamente quien soy y cómo fue que llegué hasta aquí? —cuestioné a Nina mientras comenzaba a observar su cabello con algunas canas en él y las arrugas alrededor de sus ojos, no recordaba cuantas veces había hecho la misma pregunta, pero me ayudaba mucho a estar consciente de lo que estaba viviendo, sus respuestas eran mi cable a tierra.

—Eres Calle y sufriste un accidente automovilístico muy grave que te provocó un traumatismo craneal por lo que te llevó a tener un daño axonal difuso... —respiró hondo antes de continuar, —Caíste en coma, sobreviviste al coma, actualmente cursas un estado de pérdida de memoria moderado, —la miré y observé como sus ojos se humedecieron y su dulce voz se comenzaba a entrecortar, —No recuerdas todo tu pasado, solo fragmentos de él...

—¿Cómo llegué hasta aquí? —pregunté duramente con los ojos cerrados.

—Debido a tus problemas de memoria y cuadros de pesadillas constantes, el doctor Carson decidió hacer tu traslado al Hospital Psiquiátrico de Conxo, —secó una lágrima que caía de su mejilla, —Llevas cinco meses desde entonces.

Tragué en seco, cada vez que escuchaba el mismo párrafo de su boca, parecía ser más real, como si mi mente intentara recordar que fue lo que pasó ese día, pero era inútil, nunca lo lograba y eso provocaba que el enojo que sentía conmigo aumentara cada vez más.

—¿Tengo familia? —miré a un punto fijo de mi habitación.

—No lo sabemos, nadie responde a tu nombre en las noticias...

Rasqué efusivamente mi brazo mientras que mi cabeza comenzaba a doler.

—¿Cómo está Poché? —hablé de la nada luego de varios minutos de silencio, observando como limpiaba sus ojos.

QUIMERA |CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora