29.- Tarea 1

4.9K 472 288
                                    

-

No soy una persona de sufrir, no me gusta y lo considero absurdo. La vida se compone en momentos buenos y malos, y aunque no recuerde la mitad de lo que he vivido si estoy segura de que cada mal momento que he pasado lo he visto desde un lado positivo, al fin y al cabo soy creyente de que las cosas pasan por algo; desde que estaba internada, nunca desfallecí hasta que me reencontré con Poché de nuevo en ese hospital, a lo que voy es que por cada momento oscuro que la vida me pone siempre logro observar la luz al final del túnel, y por suerte son pocas las veces en las que temo en no mirar esa luz nunca más.

Como en este momento.

—¡Quédate callada y sígueme! —Entre mis propios sollozos y tembladera pude escuchar el susurro de un hombre, justo en mi oído y presionando fuerte mi boca para que ningún sonido saliera de ella.

No había cubierto mis ojos, sin embargo, los cerré fuerte por inercia, sentí como haló de mi brazo lo suficientemente fuerte para hacerme sollozar más, ¿en dónde estaba la gente y por qué no veían la escena? Se supone que estamos en un lugar público.

Yo lloraba, sin parar, sin vergüenza alguna de que me estuvieran viendo, mis pálpitos nunca se habían sentido tan rápidos e intensos, mis manos sudaban y ni siquiera podía caminar. En cualquier momento podría desvanecerme, y me repetía a mi misma "mira la luz al final del túnel"

—¿A... a donde me lle van? —pregunté sin aliento alguno, yo solo seguía sintiendo a alguien halar de mí

—¡Rápido cabrones! —Gritó el tipo, casi ocasionándome un infarto —¡Adentro, adentro! —Sentí como me metían a lo que parecía un auto, a la fuerza sin importarles mi condición

—¡Ya traen a la otra! —Dijo otro de ellos en un grito, no entendía como nadie se daba cuenta de lo que estaban haciendo

Se refirieron a la otra, tenían que estar hablando de Poché. Abrí los ojos lentamente y miré a través de la ventana del auto, mi corazón ya deporsí estaba roto, pero al mirar como traían a mi peli azul hizo que todo dentro de mi se derrumbara poco a poco.

—¡Suéltenla! —Grité, pero el tipo volvió a cubrir mi boca

Eran tres de ellos, uno estaba con Poché, otro conmigo y el otro simplemente al volante, era el mismo que había visto observándonos en todo nuestro viaje en Barcelona.

Intenté gritar de nuevo, pero me resultó imposible con la gran mano del tipo en mi boca, miré como Poché entró al auto, me miró con sus ojitos aceitunados, los cuales ya habían perdido su brillo usual, Poché tenía miedo, y cuando Poché tenía miedo mi corazón se arrugaba en preocupación.

Miré como ella misma intentó hablarme, sin embargo, no podía tampoco. Pasaron un par de segundos antes de que el otro hombre encendiera el auto y nos dirigiera a algún lugar. Muchos pensamientos de muerte comenzaban a pasar por mi cabeza, "nos matarán" "nos secuestrarán" y lo único que evitaba que no me volviera loca era Poché, ella estaba conmigo así que, si moríamos, lo haríamos juntas.

Tal vez estoy exagerando, no fue mucho el tiempo en que pasamos en ese auto, pronto se estacionaron en un lugar el cual no conocía, nos sacaron bruscamente del auto y nos acorralaron contra una gran pared, comencé a temblar.

Mi cabeza empezó a doler como nunca antes lo había hecho, incluso grité, cerré mis ojos y dos luces resplandecientes me cegaron, sentí mi pecho doler, miré mis manos y estaban sangrando, un vidrio gigante estaba roto enfrente mío, escuché personas gritar y autos pasar rápidamente.

"Calle" susurró una voz, no entendía en donde estaba, pero mi cabeza dolía y mucho, "Calle" de nuevo estaba la voz, miré a mi izquierda y me encontré a una Poché cubierta de sangre mirándome mientras repetía continuamente mi nombre, grité de nuevo.

QUIMERA |CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora