37.

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Narra Katsuki

Salimos del vestuario el pelos de mierda, el rubio idiota, y el sonrisa extraña al mismo tiempo.

Miramos a las banquetas y allí está la loca de mi vecina.

Se está mirando los pies y sonriendo.

Me reprimo para no sonreír yo también.

Pero el rubio teñido habla.

- Wow, Akiyama-san está sonríendo.

- Cuando sonríe es mucho más guapa, y eso que ya lo es - responde Kirishima.

Me cabreo.

Estos dos son idiotas, y el otro también.

- ¿Qué piensas, bro?

- Iros a la mierda - le respondo, y me voy con ella.

Al principio no se da cuenta de que estoy en frente suya.

Me pregunto qué mierdas estará pensando ahora.

- Tonta - la llamo para captar su atención.

Me mira frunciendo el ceño.

- No me llamo así.

- ¿Ah? ¿Acaso intentas corregirme?

- No te molestes si luego yo te pongo motes...

Me siento a su lado.

- ¿Tienes algún mote para mí?

- Demasiados.

- Seguro que son tonterías sin sentido.

- Como todo lo que sale de tu boca, ¿no?

Estamos muy jodidamente cerca el uno del otro, porque ya hemos vuelto a discutir.

Entonces vuelven a mí las putas ganas de besarla.

Su rostro está justo en frente del mío, tan fácil de besar.

Y sus malditos labios están tan cerca, con esa sonrisa de suficiencia.

Me mira directamente a los ojos.
Normalmente la gente se intimida.

¿De dónde ha salido está chica?

Todo es tan estúpido a su lado.

Llegan los demás y nos incorporamos.

El profesor de mierda nos vuelve a decir que nos pongamos por parejas.

Agarro a la vecina del cuello y me la llevo a una esquina, a pesar de que me muerde el brazo dos veces.

- Agh, ahora los demás tienen pareja y no tengo más opción que ir contigo.

- Ya, como si no quisieras.

- ¿Por qué iba a querer si quiera malgastar mi tiempo con alguien como tú?

- ¿Me vas a negar que lo pasamos bien ayer? Porque te reías mucho.

Me mira durante un segundo sin saber que decir.

He ganado esta discusión.

Sonrío y me siento en el suelo.

Me mira desde arriba.

- ¿Qué haces?

- No pienso malgastar mi energía esperando de pie a ese idiota. Y tú tampoco deberías, que si no te mareas.

Resoplando se sienta al lado mía.

- Tú sí que eres idiota - murmura.

Se tumba en el suelo como si estuviese en la maldita playa.
Tiene los ojos cerrados.

La miro, sin que se dé cuenta.

Al cabo de un rato decido que lo mejor va a ser mirar a otro lado, porque al final voy a acabar besando a esta tonta.

¿Por qué me pasa esto con ella?

Me cago en todo.

Llega el profesor y nos levantamos.

Nos dice una serie de cosas.

Por lo visto vamos a tener que bailar como una especie de cosa rara.

Tengo que abrazarla y levantarla.

Le tiendo una mano.

Ella me mira en silencio.

Pero al final, con una jodida sonrisa, me da la suya.

- A bailar, rubia - susurra.

Destinos Entrecruzados (Bakugo Katsuki y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora