44.

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Narra T/N

Por lo visto tenemos que hacer una especie de trabajo del medio ambiente.

Me a tocado con el tonto este por el problema en ballet.

Yo intento decirle varios temas, pero él dice que no a todo y me ignora olímpicamente. Estoy a punto de darle una buena bofetada como no colabore, pero se me ocurre un buen tema.

- ¿Y si lo hacemos sobre el maltrato a los animales indefensos?

Él ni me mira, sigue pasando de mí.

Y me mosqueo, porque ya estoy harta.
Me doy la vuelta y empiezo a desarrollar en mi libreta la idea que se me acaba de ocurrir.
Casi todos van a hablar de la contaminación.
Para ser un tema fácil, el nuestro es uno en el que nadie ha pensado.
O a lo mejor a nadie le ha importado.
Y tampoco es que lo pueda considerar nuestro tema, ya que el idiota este no me ha ayudado en nada.

Me paso el resto de la clase ignorándole y escribiendo.
Cuando suena el timbre me duele la muñeca.
Lo bueno es que es el timbre de salida anunciando el final de las clases.

- Genial - me digo a mí misma con sarcasmo - no me he desmayado en todo el día.

Recojo mis cosas y cuando estoy a punto de irme me giro y le digo una última cosa al rubio.

- Esta tarde a las seis y media en mi casa, terminemos el trabajo cuanto antes.

Salgo y le dejo allí antes de que pueda quejarse.

Cuando estoy a punto de alcanzar la salida alguien se acerca a mí.

Me giro y me encuentro con Todoroki, que está tan serio como siempre. Aún así, sus ojos son amables por lo que no me resulta del todo frío.

- Nos vemos mañana - se despide.

Me alejo de la UA.

Durante el camino a casa me siento extraña.
No es la sensación de los mareos, es algo distinto.
Siento como si alguien me estuviese vigilando.
Es una sensación molesta, y no quiero seguir sintiéndola.
Giro la cabeza a los dos lados, pero no veo a nadie.
En cambio, la sensación sigue ahí, y cada vez me molesta más.
Estoy cerca de mi casa.
Empiezo a andar más rápido, y al cabo de un rato echo a correr.
Sigo corriendo y cada vez la sensación se vuelve más intensa.
Cuando llego a casa, entro rápidamente y cierro la puerta con el seguro desde dentro. Miro por la ventana... pero no hay nadie.

Creo que me estoy volviendo paranoica, y me está empezando a doler la cabeza.
Debería calmarme.

No quiero desmayarme hoy también.

Mis padres no están, como siempre, por lo que resoplo.

Subo a mi habitación y hago los deberes.

Destinos Entrecruzados (Bakugo Katsuki y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora