7 'Más allá de la incertidumbre'

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Harry no ha pronunciado ni una palabra, conduce sin mirarme. Me siento culpable, no sé qué ocurre conmigo, rechace al chico más sexy de la universidad y no parece que se lo haya tomado muy bien. Él Aparca el carro, me bajo, el sigue sin hablar.

—Gracias —susurro —, nos vemos luego —asiente, pero no me contesta, esta molesto.

Entro a mi casa, me siento confundida, algo está fuera de lugar, estoy viendo cosas, escuchándolo, pensando en alguien a quien probablemente nunca vaya a conocer. La puerta suena y me saca de mis pensamientos, me acerco, abro por inercia y es Ami.

—Hola —sonríe y me besa en la mejilla. Su mirada queda fija en mí   —¿Todo está bien? —niego.

—Algo...  —comienzo pero me interrumpo, sólo me tratara de loca —Estoy nerviosa es todo.

—Bueno deja los nervios, toma tu maleta y nos vamos —asiento. Tomo mis cosas, coloco a Orión en su cesta de viaje y estoy lista.

—Dejare a Orión con la vecina  —digo en cuanto estamos fuera —, espérame —asiente, llego a la casa de junto, dejo al pequeño con la vecina, ella es una anciana muy dulce, lo toma con agrado, él está molesto y trata de salir de su cesta, sin embargo sé que aquí estará mejor — . Volveré pronto —le susurro —.  Gracias —sonrió.

—No hay de que —sonríe —, diviértete cariño —le dedico una rápida sonrisa y subo al auto con Ami.

El camino es rápido, no más de dos horas, Ami no quita la vista del horizonte y sé que algo paso como Louis.

—¿Algo anda mal? —pregunto.

—No —murmura —, es otra cosa.

—Confía en mí —sonrió — ¿Louis? —Pregunto y asiente —¿Todo está bien?

—Más que eso —sonríe —, creo que puedo ser lo que él quiere —termina muy entusiasmada, sonrió y ella deja su mirada de regreso en el camino —. Llegamos —dice y baja del auto, fuera hay un pequeño hotel, de ventanas grandes, muy acogedor —. Subamos. Esta oscuro, lo mejor es que descansemos mañana será un gran día —murmura.

—Claro —tomo mi maleta y entro al pequeño hotel, Ami me sigue —, gracias —ella se gira y me mira.

—No hay de que, Lizzy —sonríe —. Te lo mereces, eres muy buena amiga —me abraza, correspondo su abrazo.

—No mejor que tu.

Estamos en la habitación, dos camas, un baño y un mini bar, Ami se pone su pijama y entra en las cobijas sin probar un bocado, realmente está cansada ha tenido un día agitado.

Camino a la pequeña nevera y tomo una soda, me siento en el borde de la cama y la bebo lentamente. Son cerca de las 22 hrs, mi cuerpo está descansando sobre las ásperas sabanas, el sueño parece no llegar a mí, en mi estomago un panal de abejas vuela sin descanso. Luego de una guerra con mi interior logro descansar, aunque mis sueños no son para nada placenteros. 

Un  despertador suena, invade la  habitación, es un ruido molesto. Despierto frustrada, siento que no dormí lo suficiente.

—Arriba —dice Ami, ella está totalmente lista, tan reluciente como siempre —. Tenemos que ver a Foster a las 8, tenemos dos horas para hablar con ella, las visitas terminan a las 10 —apunta, sus palabras activan algo en mi y salgo a toda velocidad de mi cama, corro a la ducha y tomo un baño veloz, al salir Ami está sentada —. Péinate —ordena, tomo un cepillo y quito los nudos de mi cabello.

—¿Qué hora es? —pregunto.

—Las siete —dice Ami —, estamos a tiempo —toma un paquete de galletas y su bolso. La imito, luego cinco minutos estamos en marcha.

El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora