El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.

44 'Feliz Cumpleaños'

Niall

Estos meses, han sido duros, estar sin Elizabeth, me ha vuelto débil y he tenido que disimularlo para que mi pueblo, no vea a su Rey como un hombre expuesto.

Ser el rey de Asgard, no ha sido tan difícil, no como esperaba, mi padre reina a mi lado, me ayuda en la mayoría de los deberes, así que el tiempo libre es una carga aun mas difícil.

En mis horas libres solo me dedico a pensarla, no he podido olvidarla, me repito a mi mismo que ya no la amo, así como se lo había dicho a ella, pero es mentira, lo sabía y eso no me ayudaba a olvidarla.

-Debes salir más a menudo –dice la voz dulce de madre. Solo asiento. Ahora las palabras que cruzo con los demás son mínimas y necesarias –Ve, da una vuelta.

Me levanto del trono y camino hacia la salida, dedicándole una pequeña sonrisa, falsa, pero que ella ve como natural, suspiro, se ha donde me dirijo, lo he evitado por mucho tiempo, pero ahora lo necesito. Necesito, saber que está bien, que no me extraña, que es feliz, eso me ayudara a superar esto, por más duro que sea para mí.

-Hola, Greg –saludo al verlo.

-Alteza, ¿Cómo va todo?

-Todo va bien –encojo mis hombros y el asiente – ¿Puedo pedirte un favor?

-Por supuesto, ¿Qué ocurre?

-¿Puedes ver como esta? –bajo la mirada, pero logro ver una sonrisa posarse en el rostro del moreno.

-Tardo mucho, en pedírmelo –dice con tono ofendido. Pero camina unos pasos hacia adelante y abre sus ojos de una manera muy grande. Se concentra, la está buscando, se detiene. –Está bien, está disfrutando del año nuevo en Midgard. Pero la noto muy sola. No está feliz –sus palabras se clavan en mi corazón, solo asiento, sintiendo que por mi culpa, ahora ella está sola –Hace mucho que la vigilo –admite –he visto varias actitudes que me han asustado, no me ha quedado otra opción, que vigilarla.

-Te lo agradezco, eres un buen amigo.

-Mi rey, no lo hago por usted.

-Sino por ella –Completo y el asiente –Protégela –Digo en una orden, no permitas que nada malo le ocurra.

-Nunca –dice firme y sigue observando, de un momento a otro, frunce el ceño y su piel toma una coloración, amarrilla –Está en peligro –Gimotea.

-¿Qué ocurre? –no responde, como si esperara que algo pasara – ¡Greg! ¿Qué ocurre? –mis gritos, lo despiertan de su hipnosis.

-Quiere saltar, quiere tirarse de su balcón –Suelta, cierra los ojos, yo me paralizo, esa no es ella, no puede ser, ella no es cobarde, no puede estar cometiendo ese error –Haga algo –musita casi en un grito, tomo el teléfono que ella me regalo en un acto desesperado, mis manos tiemblan al apretar las teclas necesarias y tengo que aclarar mi vista para no teclear mal.

El teléfono suena, mira el rostro de Greg, que pasa de estar fruncido a relajarse.

-¿Listo? –pregunto. Él asiente tranquilo. Cuelgo el teléfono y lo guardo.

-Ella esperaba hablar contigo.

-Lo sé, pero eso solo le causaría más daño. Lo mejor para ella es alejarse de mí, no puedo llegar e irme cada vez que algo sale mal.

-¿Algo podría salir mal, de nuevo?

-No hemos sabido de Loki, así que tu pregunta, querido amigo, se quedara sin respuesta.

Elizabeth.

Es febrero, precisamente el día antes de mis cumpleaños y del tortuoso inicio de clases, como por un milagro llamado, el padre de mi mejor amiga es el decano, he pasado el semestre pasado y decidí no atrasarme más, los chicos se han preocupado un poco más por mí, siendo el exceso de Louis, de pagarme unas consultas con un psiquiatra, que no me han venido nada mal. No lo veo, como locura, solo como un desequilibrio de una cotidianidad, las he aceptado con gusto y acudo a ellas, los martes y los jueves. Me han ayudado bastante a salir adelante, pero también me han cohibido de pensar en él, el psiquiatra, me ha ordenado permanecer el menor tiempo posible sola en casa, ha detectado, mínimas tendencias suicidas en mi, ese término me pareció gracioso, ya que nunca en mi vida, paso por mi cabeza, el suicidio, hasta estos últimos meses, pero se ha ido desvaneciendo con el apoyo, de último minuto, que los demás decidieron tener para conmigo.