El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.

1 'Mitos y leyendas nórdicos'

La clase entera está perdida en el tic tac que emite el reloj de la pared, comienzo a pensar que soy la única que presta atención.

—No puede ser más aburrido —susurra Ami, mi compañera de asiento y mejor amiga.

—¿Lo crees? —Pregunto —Para mí esto es fascinante —Ella gira sus ojos.

—Señorita Hamilton —dice el maestro. Levanto mi rostro y lo miro —creo que quiere compartir sus conocimientos ¿me equivoco?

—Y-yo, no... —balbuceo.

—Deje la modestia de lado — Espeta mientras acomoda sus lentes — ¿Cree que pueda continuar? —pide permiso, asiento e intentó esconder mi vergüenza mirando por la ventana.

Ahora soy yo la que no presta atención, un suave golpe en mi costado me hace saltar. Estoy molesta así que ignoro a Ami y trato de concentrarme en lo que dice el maestro, imbécil.

—La mitología nórdica —dice con tono de suspenso, trata de capturarnos pero su simple cara lo impide —, será el tema de la clase del jueves, traigan un ensayo con todo lo que encuentren acerca de esto de mínimo dos páginas, con buena redacción —en el fondo del aula una mano se alza —no señor Parks, la portada no cuenta —dice respondiendo a la pregunta que nadie hizo, el chico baja la mano, al parecer esa sí era su pregunta. 

El timbre suena e informa que el final de la clase llego. Pero quizá no para mi, El maestro se gira y me encara: —y señorita Hamilton, si siente que esto no es para usted, le recomiendo que quite esta materia de su pensum —me mira con cierta superioridad, quedo congelada y no sé que responder.

— P-pero... —tartamudeo.

—Fue mi culpa —interrumpe Ami —. Yo le decía, que esta clase es una pérdida de tiempo —mis ojos se abren como platos, él la fulmina con la mirada.

—Señorita Swan ¿Qué está diciendo?

—La mitología apesta —levanta una ceja —. Esto paso hace miles de años, si es que paso —dice con fastidio —. Si le soy honesta, estoy aquí por Lizzy —me señala —,a ella le gusta esto —sonríe complacida por sus propias palabras.

—Fuera de aquí —dice el maestro, me doy media vuelta y trato de salir, pero él dice algo más —Ensayo. Mitología. Siete. Paginas. Mañana —completa remarcando cada palabra mi cuerpo se tensa —, señorita Hamilton. ¡Mañana! —grita y sale del aula antes que nosotras.

Quedo en shock, ¿mañana?, la siguiente clase es en tres días y yo tengo media tarde, Asombroso.

—Lo siento —me mira entristecida.

—¿Cuándo aprenderás a mantener la boca cerrada?

—Oye — su rostro cambia y ahora tiene una mirada seria. — ¿Qué ocurre contigo?

—¿Qué me ocurre? —Frunzo el ceño — ocurre que no soy la hija del director —murmuro molesta.

—Pensé que eso no te molestaba — Su rostro suplicante puede conmigo.

No tengo por qué molestarme con ella, después de todo ya estoy acostumbrada a esto

—Ese hombre me pone de mal humor —digo.

—Lo sé —ríe —. Pero yo debí cerrar la boca.

—Ya no le des vueltas —sonrío y salimos del salón.

—Te acompañare a la biblioteca. Te ayudare con el ensayo — suelta decidida.

—¿Hoy no es tu aniversario con Louis? —Asiente —¿No tienen planes? —Niega —Amelia —insisto.