Elizabeth
Por fin es sábado, la ropa sucia es incontable, la casa está hecha un desastre, tengo una herida de dimensiones mutantes en mi frente y hace un día creo que le confesé mi amor a Niall, al decirle que lo quería el solo respondió con tres simples palabras ‘Espero que sí’. Despierto a las 8, estoy cerca del borde de la cama, gracias a que Niall está, prácticamente estirado sobre toda la cama.
Es momento de hacer la colada, me coloco una camisa negra y un short de tela, recojo mi cabello en una coleta y bajo con el cesto de ropa de color, el pequeño patio es casi invisible, pero al abrir la puerta la lavadora y algunas otras cosas caben perfectamente.
-¿Elizabeth? –siento que me llaman – ¿Dónde estás? –pregunta lanzando un bostezo.
-Aquí estoy –digo un poco fuerte para que el rubio me encuentre.
-¿Cómo estás? –pregunta al llegar a mi lado, levanta un pequeño mechón de cabello que cubre mi vendaje y acaricia mi rostro.
-Bien –suelto – ¿Qué tal tu?
-Tengo hambre –ríe.
-Eso es normal en ti –espeto.
-¿Qué haces? –pregunta con sumo interés.
-La colada.
-¿Qué? –enarca una ceja.
-Lavo la ropa –le sonrió.
-¿Por qué no hacen eso los sirvientes? –pregunta con la dulzura clásica de él, creo que tiene un poco de obsesión con los sirvientes.
-No tengo sirvientes, ¿no lo has notado? –digo sarcástica.
-Puedo traer unos de Asgard ¿quieres que lo haga? –dice y se recuesta en la pared. Desde la noche de mi pequeño accidente, no ha vuelto a dormir con camisa, eso es realmente desconcertante. Mi mirada se queda en sus abdominales, hasta que el tose falsamente.
-No, Niall no necesito sirvientes puede hacerlo yo –me giro y toco los botones necesarios para que la lavadora comience a arrojar agua.
-Es como la ducha –dice embelesado.
-Lo es –sonrió, llaman a la puerta.
-¿Puedo ayudarte? –pregunta entusiasmado.
-Claro, en cuanto el agua llegue a este nivel –indico el nivel dejando una pequeña marca de agua en el frio metal –coloca el jabón –le acerco la bolsa de jabón –ya regreso, iré a la puerta.
Camino hacia la puerta, lanzo una mirada fugaz al rubio, tiene lista la bolsa de jabón en polvo, no aparta la mirada de la lavadora y con su mano libre juega con el agua.
-Buenos días –dice una dulce anciana luego de que abro la puerta.
-Buenos días –respondo, es mi vecina.
-¿Cómo va todo señorita Hamilton? –pregunta cortes.
-Perfecto –sonrió – ¿en qué puedo ayudarla? –trato de no sonar grosera, creo que surtió efecto.
-Debo salir de casa unos días, el otro mes, no quiero dejar mi casa sola –el próximo mes es en una semana, salgo a vacaciones de verano – ¿podrían usted y su novio vigilarla por mi? –espeta con su dulzura de ancianita.
-Claro, pero él no es mi novio –digo con pesar.
-Disculpe –dice honesta –y se lo agradezco mucho –me sonríe y se retira –Hasta luego –dice y se despide con la mano.
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El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.
Fiksi PenggemarEsta es la historia de Elizabeth, una hermosa joven amante de la mitología. Que por obra del destino conoce al heredero de Asgard, el hijo de Thor, Niall. Ambos compartirán un amor de ensueño, pero ¿Por cuánto tiempo? ❝Buenas noches, bella mortal.❞