El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.

12 'Midgard'

En Asgard.

Niall camina con su forma única de hacerlo, tan grácil como una pluma en el viento.  Su mente viaja en los recuerdos de aquella mortal, esa mortal que ha puesto su mundo de cabeza, pero que hace que su corazón lata con una intensidad espectacular, tal vez por ser ella la única diferente a los demás habitantes de ese mundo, por ser ella la que rompió los estándares que tenia sobre Midgard, al menos los que su madre le había inculcado. Sus pies lo están guiando a los aposentos de su padre, tiene una misión allí, el destino lo impulsa a continuar, aún sin tener en mente lo que pueda pasar. Su mirada se choca con la de Daniel, el soldado de oro lo observa con parsimonia. 

— Príncipe Niall — Hace una pequeña reverencia.

—Daniel —responde a modo de saludo.

—Vuestra madre está impaciente por hablar contigo —Y ahora lo entiende, sabe porque seguía este rumbo.

—¿Esta ella aquí? —Daniel asiente. 

 — Perfecto — comenta el rubio sabiendo lo que le espera dentro y sin más palabras abre la puerta.

—Querido hijo —dice su Sif al verlo.

—Madre —Niall responde frío, aún está dolido por los actos de su progenitora —   Me han dicho que me necesitas ¿Es eso cierto? 

—Hijo, sé que estas molesto conmigo, no puedo entender el por qué, pero ha llegado el momento en el que sabrás la razón por la cual siento una repulsión más que extrema por los mortales — Suelta rápido, con cierto tono odioso que genera en Niall molestia, rueda los ojos por inercia pero sabe que no tiene más alternativa que escucharla.  

—Te escucho —responde tajante, sentándose sobre la cama de sus padres.

—Desde los tiempo de Odín, incluso desde tiempo atrás, los humanos se han matado entre ellos, sus guerras son barbáricas, como tú lo has podido notar, sus armas los destruyen  a ellos y a su mundo. Midgard se ha visto envuelto en asesinatos, en malas acciones y en un sinfín de catástrofes —el rubio la mira con detenimiento, trata de no perder ni una sola de las palabras que su madre pronuncia. Este tema le atrae en formas que no entiende —.  Luego estuvo esa chica, tan parecida a la Elizabeth —Sif suspira, mira a su hijo y le dedica una sonrisa —.  Ella cambio a tu padre, ya no era el mismo Thor, no luchaba por Asgard, prefería estar en Midgard junto con ella. Cuando el Aether tomo a esa mujer, Thor que hacía poco se había recuperado volvió a caer en lo que creo, eran sus encantos.

—Claro, recuerdo la historia del Aether, Padre solía contármela cuando apenas era un niño —dice  para que su madre note que está prestando atención.

—Así es hijo —asiente con pesar —. Ella siempre estuvo en medio de los dos, la protegí y luche por su bienestar y el de su mundo, pero nunca fue por ella... — Comenta Sif, el tono odioso de su voz no se ha ido y cuando guarda silencio Niall opta por terminar con lo que dice.

—Si no por mi padre —su madre asiente —. Madre, conozco tu odio hacia Jane Foster, sé que nunca podrás sentir aprecio por los mortales, pero Elizabeth es diferente  todo lo que describes, ella es dulce es muy buena con los demás, en su vocabulario no existe la palabra violencia, mucho menos odio.

—La violencia vive en todos ellos. Si Midgard no formara parte del Yggdrasil árbol de los mundos, simplemente hubiera mandado un ejército a destruirlo —dice un odio palpable. 

—Madre —dice su hijo espantado, las palabras de su progenitora llegan al nivel de maldad del que hace menos de dos minutos se quejaba — , no puedes decir que el odio que tienen los mortales está mal, si tu vives día a día con ese mismo sentimiento.