El hijo de Thor #1|N. Horan| En edición.

38 'Asgard'

Despierto, Niall aun esta acunado sobre mi pecho desnudo, cierro los ojos y suspiro, ahora sé que soy completamente suya, suspiro, él se despierta, me sonríe y besa mi mejilla, sin pronunciar palabra camina hacia el baño, cubriéndose con una sabana. Me siento en el borde de la cama, paso mi mano por mi cuerpo, recorriendo cada beso que él dejo en mi ser, recordando esas caricias tan profundas que me brindo, hasta que llego a mis muslos, sus ojos azules brillando, la poca luz cayendo en su cabello, su cuerpo cubriéndome, y yo sintiéndome amada.

-¿Qué piensas? –dice Niall y me saca de mis pensamientos.

-En ti –le sonrió,  se acerca a mí y besa mi mejilla.

-¿Quieres ducharte? –murmura suave en mi oreja.

-Claro que quiero –digo y tomo su mano. Me dejo llevar por él, rumbo a la ducha.

***

Miércoles, mitad de semana. Viernes, te veo muy lejos, me quejo mientras regreso a casa después de una jornada muy agotadora.

-Hola cariño –dice Niall, me sorprendo al verlo detrás de la puerta.

-Cielo –digo y salto a sus brazos, toda gota de cansancio a desaparecido con el simple hecho de estar a su lado.

-¿Qué tal tu día?

-Estupendo –digo restándole importancia – ¿Y el tuyo?

-Mas que perfecto –dice sonriendo. Me suelto de su cuello y lo contemplo.

-¿Ah sí? ¿A qué se debe? –pregunto y me cruzo de brazos.

-Te tengo una sorpresa –me mira sonriente, me emociono, ¿Qué puede ser?

-¿Qué es?

-Es algo que querías, pero tendrás que sacrificar un par de días.

-Niall –digo enarcando una ceja – ¡habla!

-Está bien –dice y pasa una mano por su cabello –Iremos a Asgard –de repente mi corazón se detiene, una gran sonrisa aparece en mi rostro y quiero gritar, saltar, llorar, esto es perfecto.

-¿Enserio? –digo casi tartamudeando.

-Enserio – dice y me tiene su mano – ¿Qué dices?

-¿Qué digo? –el asiente – ¿Cuándo nos vamos?

-Ahora –dice y sube las escaleras, subo detrás de él mientras corro y retengo la risa que quiere escapar.

-¿Qué debo llevar? –el niega.

-No necesitas nada.

-Espera –digo y bajo las escaleras, sin escuchar ni una palabra, tomo a mi pequeño gato y lo llevo con la abuelita de al lado, ella encantada lo acepta, el gato no reniega, solo entra a la casa como si fuera la suya, sin tan siquiera despedirse, ingrato. Ignoro a mi descortés compañero, agradezco a la vecina y corro hacia donde deje a Niall.

-¿Lista? –asiento. Él estira su mano llamando al mjolnir, quien no tarda en llegar a él, levanta su mano al cielo, apuntando con el mjolnir, un rayo llega a él y a una velocidad inigualable la armadura que reposaba en el armario cubre su cuerpo, incluyendo la capa de terciopelo rojo, se posa sobre su cuerpo, vistiéndolo por completo, volviendo a ser un Asgardiano incluyendo la ropa.

Mi boca cae abierta, se ve muy guapo, el me sonríe, niega con la cabeza y me tiende su mano.

-Vamos –dice y yo me espanto, no estoy preparada. No tengo equipaje, no estoy vestida para la ocasión, bajo la mirada nerviosa –todo estará bien –asiento, pese al karma que tengo con esas palabras y me hundo en su pecho, preparada para lo que viene no cierro los ojos, el nos eleva hacia la mitad del cielo, se que lo hace para que las marcas del Bifröst no queden en la tierra