Capítulo 3: Los demonios comen perritos

4K 426 44
                                    

Internet, aunque maneje mucha información falsa, también puede ayudar en algunos casos. Es importante buscar con cuidado y dudar, ¡dudar de todo! 
La época del libro de papel estaba quedando atrás, y de todos modos no tenía una librería o biblioteca cerca, mucho menos a las ocho de la tarde. 

Nos encontrábamos sin luz desde la noche anterior y desde entonces no le había dirigido palabra alguna al abuelo. Él tampoco había intentado acercarse a mí para hablar del tema, de hecho era como si nada hubiese pasado. 

Por precaución me había dedicado a buscar información posiblemente verdadera acerca de lo que era un demonio. Con la batería del telefono al 38% sólo conseguí reunir un poco de información que anoté en un cuaderno usado que había tomado prestado y creía era de la abuela. 

Entonces, según mis datos "científicos" había apuntado ocho cosas:

1.- Odian a los humanos. Este punto me pareció válido, ya que en mi breve interacción con Darren parecía que no lo estaba pasando bien, aunque también podría tratarse que simplemente odiara todo.

2.- Crucifijos, rezos, y fé ayudan a alejarlos. Sin embargo encontré  posturas opuestas en relación a qué tan efectivo resultaba este método, así que no era totalmente seguro.

3.- Es importante mostrar una actitud dura y firme frente a ellos; que no se demuestre el miedo.

4.- Les gustan los sacrificios, en especial los caninos ya que el perro representaría un animal de mucha fuerza para ellos. Decidí anotar esto por precaución a Firulais, básicamente entendí que a los Demonios les gusta comer perritos.

5.- Son seres que se alimentan del alma de las personas.

6.- Son malvados por naturaleza.

7.- No hay evidencia que como tal pueda asegurar que los demonios existan, pero aún así mucha gente cree en ellos y existen especialistas que dicen saber cómo contactarlos y espantarlos.

8.- Probablemente algunas "posesiones demoniacas" ocurridas en el pasado se hayan debido realmente a diagnósticos psiquiatricos no tratados de la manera adecuada para la época.

No tenía más que eso, pero al menos era algo. Por otro lado, había tomado la desicion de enfrentarme al abuelo y exigirle que aclarara todas mis dudas. Se la había pasado actuando todo el día de manera completamente normal frente a mi abuela y madre, haciéndose a veces el cansado o enfermo para que no le hicieran tantas preguntas acerca de su recuperación milagrosa.
Se suponía que a la mañana siguiente vendría a visitarlo una doctora, el abuelo en un principio se había negado por completo a que viniera , pero terminó cediendo ante las insistencias de mi mamá y la abuela.

Mis sentimientos estaban en verdad confundidos. Nunca antes había tenido alguna especie de problema con el abuelo, al contrario, a pesar de que la abuela era mi favorita, jamás dejé de ser igual de atenta y cariñosa con él. No comprendía la situación y todavía seguía pareciendo demasiada fantasía.

—Denisse.

El abuelo estaba en la cocina bebiendo una taza de té. Me enojó ver al viejo tan cómodo y desinteresado ante tanto revoltijo que había traído con la situación de su enfermedad y el tal Darren.

—¿Qué demonios está pasando?—A esa altura yo ya no podía seguir siendo discreta. Mi paciencia tenía un límite y detestaba demasiado que me mintieran. ¿El abuelo quería verme la cara de estúpida? Tenía que hablarme con la verdad

—Denisse Chayanne, por favor, no te alteres— ¡Ah! Y el colmo era que me llamara por mi segundo nombre. Eso solo se lo toleraba a mamá, pero ¡a nadie más! Ni siquiera a la abuela.

Confía En El DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora