Capítulo 4: El beso de un demonio

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Darren no tenía algún apellido o un segundo nombre que le acompañara al primero. Tampoco sabía si tenía una madre o un padre. Él estaba solo.

—Creo que es ridículo que me preguntes eso—estábamos a pasos de cerrar el trato, y me había dado la opción de realizarle algunas preguntas antes de aceptar. Habíamos salido a la calle, y nos encontrábamos apartados en un lugar libre de personas. Se suponía que nadie debía de estar presente,  o si no se añadirían al trato de forma involuntaria.

—Quiero saber quién eres, después de todo vas a atormentarme por un tiempo, ¿no? Intento quitarle el peso espeluznante al asunto.

A fuera hacía un frío terrible, tanto así que mi cuerpo llegaba a temblar. Darren llevaba una sudadera y unos pantalones negros de vestir. A pesar de la ropa ligera lucía perfecto. Nada le inmutaba.

—Entiendo, pero no me "humanices", Denisse—sus ojos mostraron un brillo malicioso y esbozó una sonrisa que me perturbó por el carácter maníaco que emanaba—, soy un demonio. Uno de verdad. Me alimento de la vida de otros y destruyo sueños.

—Hay humanos que también hacen eso—me apresuré a decir. La sonrisa en su rostro tomó más potencia—, deben haberlos tan o más terribles que tú.

—Tus palabras me suenan a desafío. Deberías tener cuidado con lo que dices,  Denisse— por alguna razón me hechizaba la manera en la que pronunciaba mi nombre. Era como un tipo de encantamiento que buscaba hacerme dormir, la forma de decir cada letra me adormecía poco a poco, ¿se trataría de un acto intencionado o simple sugestión?

—La humanidad ha hecho cosas horribles. Ha matado y torturado, realizado genocidios, permitido esclavitud , explotación y la lista sigue y se construye día a día. ¿Por qué ser humano es tan diferente a ser demonio? Quizá la diferencia es sólo el nombre.

—Supongo que tienes razón, en parte—Darren se acercó hasta quedar a escasos centímetros de mí, nuestras frentes estaban a punto de chocar—Pero no me conoces todavía.¿Vamos a cerrar el trato?

—Tengo más preguntas, Darren—cuando pronuncié su nombre sus ojos se abrieron de sobremanera y me observó con fijación. Honestamente, la sensación era espeluznante.

—Algo me dice que será divertido hacer negocios contigo. Cerraremos el trato y responderé a todo, sin objeciones. No tengo nada que ocultar. Entonces, ¿seguirás la tonta idea de tu abuelo o prefieres pedir algo mejor? Puedo darte lo que quieras.

Lo que quiera.
Una oferta como esa era algo que había que pensar con cuidado,  ¿de verdad Darren podría hacer real algo que anhelara?

Amaría volver en el tiempo 3 años atrás. Cuando mi familia no estaba rota, cuando papá no había engañado a mamá, cuando mi hermana aún no conocía al idiota que le rompería el corazón, cuando todavía creía ingenuamente en que la gente era buena. Todo lo que vi a mi al rededor después de eso cambió por completo mi visión del mundo. Ahora vivo con miedo, pero veo el mundo real.

—Quiero exactamente lo que acordamos con mi abuelo—sentencié. Mis palabras tenían un doble filo, estaba haciendo tal cual me había indicado mi abuelo minutos antes.

—Concedido—. De un momento a otro, Darren se alejó y apareció a una mayor distancia de mí. Era increíble cómo hacía eso—, ahora viene mi parte del trato.

El abuelo me había advertido sobre esa parte. Darren decidiría el tiempo que tardaría en durar el beneficio, incluso podría ser un día o si tenía suerte un mes. Si se llegaba a cumplir el plazo y él mantenía su palabra, entonces tendría el derecho a llevar mi alma, pero claro, si eso pasaba, el abuelo intervendría.

Confía En El DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora