—Ay, Niss. No puede ser—Camila me miró con expresión angustiada. No la entendí. Apenas había llegado a su casa de visita. Su hermano estaba de cumpleaños y como siempre, yo era parte de los invitados.
—¿Qué pasa?
—Es exageradamente evidente lo que pasa—, ella seguía poniéndole drama al asunto. Yo la ignoré y fui a saludar al chico del cumpleaños. Sus amiguitos me quedaron mirando embobados por un largo rato, y les oí cuchichear algo sobre mí. Era gracioso, ellos me hacían sentir muy linda dándome esa sobreatención boba. Parecía que esos niños nunca antes habían visto a una chica.
Cuando acabé de saludar a todo el mundo, Camila me tomó por la muñeca y me arrastro hasta su habitación. Luego cerró la puerta y me observó de forma inquisidora.
—A ver, creo saber lo que ha pasado, pero quiero escucharte primero—, en serio quería ponerme seria, pero la situación me resultaba graciosa. Es que, de verdad no me parecía que hubiera razón para tanto drama—, hablé con Peter ayer y me contó lo que hicieron. Estás tratando de contactar a Darren.
—Pues sí, de hecho lo hice.
Apenas hablé sus ojos se clavaron todavía más en mí.
—Ya, termino por confirmar mi teoría.
—¿Qué teoría?—pregunté entre risas, todo era muy raro—, a ver que estás actuando muy extraño.
—¿Disculpa? Niss, la extraña aquí eres tú. Apenas te vi noté las mariposas y las chispas y brillitos volando a tu alrededor. ¿No te das cuenta? Todos en la sala te estaban mirando, ¡es que estás preciosa, radiante!
—¿Gracias? Todo eso me suena a un cumplido.
—¡Quiero decir que estás derrochando hormonas de enamorada por todas partes, maldición! ¿Cómo demonios te enamoraste de un demonio? Niña, estás demente.
—Oh...
—¡Y encima es la primera vez que te veo así, y la primera vez de estar enamorada es la más evidente de todas!
—Yo no sé...
—Amiga, por favor. Te conozco demasiado bien—. Ambas nos conocíamos demasiado bien, pero eso no quería decir que ella estuviera totalmente en lo cierto—, quizás no quieras reconocerlo, y está bien, pero... me preocupo, no es cómo que te enamoraras de un chico cualquiera.
—Mira, yo nada más quiero ayudar a Darren. En serio me importa hacer esto bien.
—¿Qué hay del exorcismo?
Gran detalle. Aún no me hacía el tiempo de comentárselo a Darren.
—No ocurrirá.
—¿Tienes un plan? Porque si es así y puedo ayudar en algo...
—Oh, no quiero involucrarte en esto. Ya te di muchos problemas. Y... ni siquiera tengo un plan todavía.
Me hacía un poco de ruido eso de estar enamorada, porque antes nunca lo había estado de forma sincera. Y bueno, tan relevante ahora eso no era, considerando que mi objetivo en mente era otro y tenía que planear algo para conseguirlo pronto.
—¿Sabes, Niss? Peter me contó su historia con esa chica. Me dijo que los demonios son por naturaleza muy seductores... ¿Qué pasaría si al final él estuviera planeando jugar contigo?—Yo sabía que ella no preguntaba con mala intención, pero de forma inevitable su pregunta me causó molestia y comencé a ponerme a la defensiva. Yo no lo solía actuar de esa forma, menos con mi amiga, era una actitud muy reprochable.
—La historia de Peter, no tiene por qué ser la misma que la mía. Además, no soy estúpida.
—Yo lo sé, pero no puedes pedirme que no me preocupe.
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Confía En El Demonio
Teen FictionDenisse siempre ha odiado las reglas implícitas del amor romántico y jamás ha entendido el porqué las personas a su alrededor siguen cayendo en su red. Cuando conozca a Darren su concepción no cambiará... Pero tendrá que jugar al juego que siempre...