Capítulo 8: No confíes si a tu amiga se le ha muerto el gato

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Por la mañana me dirigí muy temprano a casa de Camila a buscar a Firulais. Extrañaba mucho a mi perrito. Verle me alegraría, luego de tanto suceso dramático pasándome en la vida. 

Eran cerca de las 9 AM, y era probable que mi amiga estuviera durmiendo aún, pero yo no podía aguantar más las ganas de verles a ambos. En casa de Cami me recibió su hermano menor, Teo. El chiquillo tenía unos 14 años y, según mi amiga, estaba enamorado de mí, lo cual se me hacía súper tierno. Cada vez que iba a su casa Teo se ponía muy nervioso y tartamudeaba al hablarme. Era un chico muy tímido y tranquilo, sentía pena por él cuando Cami le molestaba en frente de mí. 

ㅡNo estáㅡme avisó Teo a penas le saludéㅡ, pero puedes pasar y esperarla. 

ㅡ¿No está? ¡Vaya! Es súper temprano. Pensé que seguiría durmiendo.

ㅡPara serte honesto salió 5 minutos antes de que llegaras. 

ㅡQué raro... le envié mensaje avisando que vendría.

ㅡExacto. Creo que quiere quedarse con tu perro. 

ㅡ¿Entonces se llevó a Firulais con ella?ㅡTeo asintióㅡ. Vaya, me han robado a mi hijo. 

ㅡPodrías ir a verla al parque.

Acepté la sugerencia de Teo y caminé sin mucha prisa. Me resultaba extraño la forma de actuar de Camila, es decir, sabía que estaba un poco loca, pero no pensé que hasta ese punto. 

En una mochila pequeña llevaba cargando conmigo  el libro que me había dado el abuelo. Durante la madrugada, leí algunas páginas y todavía no acaba de comprender cómo usaría la información que estaba en el libro para salvarme de Darren. Sólo decía ambigüedades, nada certero que pudiera entregarme la pauta correcta para librarme del demonio. 

ㅡAsí que Firulais es tu perro, no tu novioㅡjusto dio la coincidencia de que Darren apareciera mientras pensaba en él. Ahora comenzaba a dudar si acaso él podía meterse en mi mente. 

ㅡNo sabía que pudieras caminar bajo la luz del solㅡ,  luego de decirlo reparé en que estaba confundiendo a los demonios con las brujas y vampiros. ¿o eran sólo los vampiros? No estaba segura. Apenas entendía lo que él era. 

ㅡParece que no tienes idea de lo que puedo hacerㅡdijo Darren con suficienciaㅡ. Bueno, eso es más ventaja para mí. 

ㅡSí, pero por otro lado has confundido un perro con un humano, así que tú tampoco eres tan listo. 

En algún momento Darren dejó de estar al lado mío y continué caminando sola. La lógica para mí ya dejaba de tener sentido. 

Camila estaba en el parque y me di cuenta de eso porque escuché el ladrido de Firulais cuando estaba a punto de llegar. De algún modo ya reconocía el sonido de mi perrito, era una cosa de madre perruna, una habilidad sin precedentes que había adquirido hacia un tiempo. 

ㅡHey, ladrona de perrosㅡme acerqué a Cami y le acusé a modo broma con una mirada fugaz. Ella al parecer no entendió el chiste porque su expresión parecía confundida. 

ㅡ¡Niss, hola!

ㅡFui a verte a casa y no estabas, así que pensé que estarías aquíㅡbusqué a Firulais con la vista y de pronto mis ojos, luego de dar muchas vueltas por el lugar, lograron dar con él y vaya sorpresa que me llevéㅡ.¡Madre mía! ¿En serio ese es Firulais? 

ㅡ¡Puedo explicarlo!ㅡsoltó Cami de forma apresurada antes de ir con Firulais y tomarle en brazosㅡ. Saluda a Niss, bebé.

ㅡ¿Bebé? ¡Camila! No puedo creer que haya pasado esto.

Confía En El DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora