Capítulo 29: No es una victoria asegurada

1.9K 234 103
                                    

Conocí a este chico de una forma particularmente rara.
Bueno, en realidad ni siquiera podría decir que es un chico, un humano, quiero decir. 
Estaba aterrada, para ser honesta, y mucho. ¿Cómo explicarme? La forma en qué me miraron esos ojos. ¿Por qué? Él le hablaba a Darren, pero me observaba a mí. Estaba segura que algo quiso decirme, tenía el presentimiento. Algo planeaba Fénix. 

—¿Estás bien?—Darren me hablaba, llevaba rato haciéndolo, pero yo estaba perdida en una charla conmigo misma—. Tu amiga viene en camino y Peter está por volver pronto de su clase. Todo estara bien. 

—Sí, estoy bien... o, eso creo. Pero, ¿cómo es que tienes las llaves de su casa?—estabamos en casa de Peter. Su familia no estaba, por suerte. Darren había sugerido ir allí para que nos reuniermos en grupo, al parecer tenía un plan. 

—Se las quité en algún momento, pensé que podría servir. Además, ya consiguió otras por lo que sé. 

—Bien, no voy a cuestionar eso, pero es raro. 

—A mí lo que me interesa ahora es saber qué ocurre contigo. Puedo notarlo con solo mirarte...—su voz comenzó a volverse un ronroneo dulce desde esa última oración—, y eso me hace dar cuenta de lo mucho que me importas. 

—Eso que ha pasado—moví la cabeza para ambos lados un poco mientras desviaba la mirada, cómo si buscara en mi cerebro las palabras correctas para explicarme—, ¿de verdad estás tan tranquilo después de eso? Fénix no parecía estar hablando en broma. 

Estabamos en la cocina de Peter. Darren era un pésimo invitado, porque además de tener las llaves, tomaba comida del refrigerador. No era un demonio que supiera mucho de modales, o si los sabía, era bastante rebelde. 

—No estoy muy seguro de qué pensar al respecto, pero tú no tienes que preocuparte de eso. 

—Así como tú te preocupas por mí,  yo lo hago por ti. No puedo simplemente olvidar esto. 

—Entiendo, sí... Después de todo esos sentimientos son los que nos vuelven humanos...—Darren me miraba y tenía una sonrisa tierna. De verdad lucía calmado, yo al contrario, me sentía muy alterada. 

—Darren...

—Todo estará bien. Me sorprende que no te hayas dado cuenta aún, siendo tan brillante y perspicaz—me sujetó por los hombros y luego con cuidado me guió para abrazarle—, lo que siento por ti me hace sentir humano y puedo olvidarme de lo que fui e hize como demonio. Tu abuelo, Peter, Nidesse... y cada persona que conocí desde que comenzó todo esto me ayudó a despertar un poco. 

—¿Por qué estás diciendo esas cosas? En serio, no entiendo... 

—No intento decir que ahora estoy limpio. Sigo siendo un demonio, y nada va a borrar todo lo que hice, pero... recordar mis pecados  ya no duele. 

Darren me abrazaba muy fuerte. No podía ver su rostro, porque estaba escondido en mi hombro, pero su voz se estaba volviéndo un poco quebradiza. Me preguntaba si sus ojos estarían llorosos. Apostaba que sí. Sus emociones habían cambiado de forma rápida. 

—Lo que intento decir, Denisse, es que...—se alejó un poco, puso sus manos sobre mis hombros. Me sonreía con ternura, pero había una lágrima en su rostro. Sus ojos sí estaban acuosos—. Si llego a morir, si llegase a morir de verdad, creo que eso ya no sería tan terrible después de haber vivido todo esto. 

—¿Qué dices? No. ¿Si quiera crees que eso podría pasar?—No entendía por qué soltaba esas cosas. Eso era falta de sentido. ¿Por qué me hablaba como si se huera rendido? como si todo ya hubiera terminado... ¡Lo sabía! Algo pasaba con Fénix. 

Confía En El DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora