Tenía un dolor de cabeza tan grande que apenas podía mantenerme alerta y los ojos me pesaban muchísimo. ¿Qué maldita cosa bebí? No había sido más de un vaso y medio, dos como mucho, pero me sentía fatal.
Había perdido de vista a Darren y a los chicos en la fiesta. Aunque la casa de Peter no era tan grande ¿Cómo demonios había entrado tanto gente? O quizás ya alucinaba y me encontraba viendo doble.
Me senté en el piso, seguía con el jodido vaso en la mano. ¿Por qué seguía bebiendo?
—Quizá sea buena idea que dejes eso de lado.
Comentó un chico, que se había acercado y sentado junto a mí. Apenas podía escuchar su voz, pero le miré de reojo y me pareció que su cabello cambiaba de color con el reflejo de las luces de baile.
—Tienes razón. Puede que esté intentando perderme un poco...
—¡Vaya! ¿Cuántos problemas podría tener una hermosa chica joven como tú?—dijo, en un tono que se me hizo agradable. Aunque quizá su intención no iba en ese modo, pero no me importó—, aunque yo estoy igual. ¿Debería también beber acaso?
Me encogí de hombros y le tendí mi vaso—. La verdad es una tontería, pero aprendí que así lo solucionan algunos, así que...
—Oh, bueno. Pero la verdad no creo que sea un truco muy útil para olvidar, porque yo no sé tú, pero esa gente que bebé para olvidar suele verse triste, y no necesariamente me refiero a su expresión, si no a sus almas.
—Ah, pero no he dicho que sea algo realmente efectivo...
—Qué extraño. Imaginaba que no le quitarías los ojos de encima después de lo de hoy. Eres alguien interesante.
—¿Perdona, a qué viene eso?
—Supongo que en verdad el ambiente y el alcohol te han afectado bastante. Quizá deberías observar mejor.
Por supuesto que no entendía el punto del chico y me sentía algo atontada. Volví a mirarle, las luces me mareaban mucho y sentí de pronto ganas de vomitar. Parpadeé un par de veces y esperé a que mi vista mejorara. Entonces le ví. El vaso en mi mano tambaleó un poco y por poco cae, de no ser porque Fénix lo tomó antes de que eso pasara. Maldición. No podía creer que él estuviera aquí.
—¿Has venido por Darren?
—Vine hacia ti, tú no eres Darren, ¿O sí?—respondió Fénix cono toda la seriedad y tranquilidad del mundo. ¿Cómo podía hacer eso? Algo malo tramaba de seguro.
—No juegues. ¿Qué es lo que quieres?
—Tenía curiosidad por conocerte un poco más. Y ya deja eso, es rídiculo. Si de verdad quisiera hacerte daño lo habría hecho hace mucho tiempo.
—Pregunté qué quieres, ¿Vas a responder?
—Si te lo dijera podría ser problemático, pero no te preocupes. No tienes que saberlo, después de todo ya comprobé que tú y yo queremos lo mismo.
—Dudo que eso sea así. ¿Qué demonios quieres?
Fénix ya se estaba poniendo de pie y estaba segura de que se marcharía en cualquier segundo.
—¿Demonios? ¡Ah! Denisse... por favor. Ya volveremos a vernos, no deberías seguir desperdiciando el tiempo con Darren.
—¡Hey, espera!
—Déjalo—noté cómo Darren se acercó. Me pregunté si acaso había observado toda la escena—, el futuro será inevitable después de todo.
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Confía En El Demonio
Teen FictionDenisse siempre ha odiado las reglas implícitas del amor romántico y jamás ha entendido el porqué las personas a su alrededor siguen cayendo en su red. Cuando conozca a Darren su concepción no cambiará... Pero tendrá que jugar al juego que siempre...