Durante los tres días siguientes, después de haber estudiado las páginas del libro del abuelo e interactuar de manera constante con el Demonio, había logrado generar cierto prototipo de idea que creía podría llegar a salvarme, y si bien tenía mis dudas al respecto, eso era de momento lo único con lo que contaba.
En sencillas palabras mi plan era humanizar al Demonio. Esperaba ganarme su confianza, le enseñaría distintas cosas a las que él no estuviera acostumbrado y que podrían llegar a gustarle. Le conquistaría con un trato que de seguro antes nunca había recibido, porque su forma de ver el mundo era en extremo diferente a cómo la conocía yo. Hasta donde entendía, Darren actuaba de esa manera porque era la única forma de vida que había aprendido a llevar, entonces yo haría el esfuerzo por enseñarle que con sus habilidades él podría llegar a crear un destino muy diferente y mucho más asombroso. Debía hacer uso de todas mis habilidades en manipulación y convencimiento para lograr atraerle a esta nueva concepción de mundo.
Por supuesto que mi idea tenía fallas. Nada me aseguraba que fuera a funcionar, pero a final de cuentas algo era, y sí, quizás estuviera subestimando un poco al Demonio, pero en la práctica terminaría por aprender qué cosas funcionan y qué otras no.
—Me alegra que me llamaras—Tenía dos misiones, además de ocuparme de Darren: Cumplir con los encargos de mamá y arreglar mi amistad con Peter. Podía trabajar en ambas al mismo tiempo—.Pensaba que no querrías saber nada de mí después de lo que pasó.
íbamos caminando por el centro comercial. Peter se veía notoriamente incómodo, a diferencia de mí que si bien sentía parecido a él, no lo demostraba, con mi manera relajada de caminar y mis manos temblorosas escondidas en los bolsillos de mi enorme hoddie. Hoddie que por cierto, todavía olía a Darren.
—Sólo fue una pequeña discusión y debo admitir que yo fui una pesada—Odiaba pedir disculpas cuando no lo sentía en verdad necesario, pero Peter me agradaba, así que en cierto sentido valía la pena.
—Bueno y quizás yo insistí demasiado con una idea estúpida—¡Bingo! En eso sí estaba de acuerdo, pero decirlo conseguiría arruinar el progreso de la reconciliación.
—Gracias por ayudarme con las cajas—.Mi madre había enviado a pedir tres docenas de cupcakes para su reunión de club de fans de Chayanne. Se había unido recientemente al club y quería causar una buena impresión con todas y todos.
—No hay de qué. Por cierto, la próxima semana habrá una exposición de distintas carreras en mi universidad y me preguntaba si te interesaría ir. Puedes llevar a Cami o a alguien más si quieres. Podría ayudarte a definir lo que quieres estudiar.
—¿Expondrás algo tú?
—Estaré un tiempo atendiendo en el stand de mi carrera, pero a ratos tendré libre. Podría ofrecerte un pequeño tour por los mejores lugares.
—Ya veo—dirigí una mirada acusadora hacia Peter—, tu universidad les paga a sus alumnos para atraer a nuevos candidatos. Qué astucia.
Peter rió y negó con la cabeza.
—Me has descubierto. Ojalá fuera así, podría conseguir algo de dinero extra.Peter era lindo. Tenía unos gestos muy tímidos y curiosos que me recordaban, en cierta medida, a mi yo de hace unos cuantos años atrás, cuando era una chica muchísimo más torpe que ahora con la timidez a flor de piel. Odiaba recordar a mi yo del pasado, tal vez por esa razón no me interesaba más allá por Peter, aunque ciertamente él no era del todo tímido o al menos no en los niveles en que yo solía ser.
—Entonces... ¿A qué hora es la exposición?
—Empieza a las 11:00 AM y termina al rededor de las 15:00 PM. Puedes llegar cuando quieras.
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Confía En El Demonio
Teen FictionDenisse siempre ha odiado las reglas implícitas del amor romántico y jamás ha entendido el porqué las personas a su alrededor siguen cayendo en su red. Cuando conozca a Darren su concepción no cambiará... Pero tendrá que jugar al juego que siempre...