Capítulo Cinco

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Charlotte

Dios ha sido Bueno.

Miro a mi costado y un suspiro escapa de mis labios. Me entristece el hecho de que Harlied haya faltado a clases estos últimos días. Me preocupa la situación. Él puede ser alejado en cuanto a las personas, pero cuando se trata de sus estudios es el más aplicado, y eso hace que me desconcierte aún más.

—Charlotte Globerman —La maestra menciona mi nombre mientras pasa lista.

—Presente —respondo de inmediato. Ella alza la mirada y me observa con una sonrisa.

—Franco Coker.

—Aquí estoy, maestra —responde sin más y se gira para seguir buscando temas de conversación con su grupo de amigos.

—Doyle Yener.

—Presente, maestra —El chico no oculta la mirada de satisfacción al ser llamado. Hay que admitir que la profesora, a penas en sus veintiocho años, es una mujer elegante y de buena figura; los alumnos no se cohiben de halagarla.

—Harlied Winkler —La maestra levanta la mirada al no escuchar respuesta—. ¿Qué pasa con Harlied? ¿Por qué ha faltado tanto?

—Tal vez se dio cuenta de que su presencia no es muy importante —habla Franco.

Todos comienzan a reír y a hacer comentarios ofensivos.

—Pobrecito, seguro está llorando bajo la falda de su mami.

—¿Crees que tenga mami? —Franco finge un gesto de preocupación.

—Tienes razón, hermano —La voz de Matt, uno de los amigos de Franco, resuena en todo el salón—. Nunca hemos visto a sus padres en la escuela. Presiento que es huérfano.

Los demás le siguen la corriente y las carcajadas no tardan en salir.

—¡Silencio! —La maestra se pone de pie y los chicos se quedan serios, acomodándose en sus asientos—. No quiero volver a escuchar esos comentarios. —Se gira en mi dirección—. ¿Puedo hablar contigo al finalizar la clase?

—Claro, maestra —contesto.

***

"Jesús dijo: «Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.» (Mateo 16:25) Esto quiere decir que debemos hacer la voluntad del Señor y no guiarnos conforme a nuestros propios pensamientos. Debemos entregar nuestras vidas al Señor por completo..."

El estruendoso sonido de mi alarma interrumpe mi lectura, asustándome un poco. Dejo caer mis lentes sobre la cama y me remuevo en la silla.

—Son las 5:45 pm —digo para mis adentros. Me levanto para tomar una reconfortante ducha y poner en marcha el trabajo encomendado por la maestra esta mañana.

Flashback

—Sí, maestra —me acerco luego de que mis compañeros se hayan marchado.

—¿Vives cerca de Harlied? —cuestiona.

—No, la verdad no.

—Aún así, ¿me harías el favor de pasar por su casa? —suspira—. Estoy algo preocupada por él.

—Yo... —Hago una pausa para pensar en mis opciones—. Iré, maestra.

—Gracias, Charlotte —Sonríe.

Fin del flashback

Salgo de la ducha y voy en busca del vestido que he apartado sobre mi cama. Tiene flores por doquier, es blanco, las mangas cubren mis brazos, y está un poco amoldado a mi figura. Coloco mis zapatillas color rosa y dejo mi cabello suelto para que se seque rápido. No quiero ser regañada por mi madre, quien siempre dice que lo lavo muy seguido. La excusa que tengo es que, al ser corto y rizado, no lo daño.

El color del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora