Charlotte
Su perfecto amor inundándome.
Mi vista está fija en la cortina que va y viene a causa de la brisa. Mis ojos se mueven al mismo ritmo que ella. La ventana está ligeramente abierta y deja paso al viento para que se cuele sin permiso dentro de la habitación. He venido a casa de Merliss para hablar y compartir un rato. Ella camina de un lado a otro guardando cada cosa en su lugar; mis manos sostienen una blusa que cuelgo en el armario de mi amiga con la intención de ayudarla en la limpieza.
—Tierra llamando a Charlotte —Ella chasquea sus dedos frente a mí. Sacudo mi cabeza para sonreír.
—Perdón, tengo muchas cosas en mente —Continuo colgando la ropa en el clóset. Solo me faltan dos vestidos para terminar.
—¿Cómo cuáles? —Pone sus manos sobre su cintura y me escanea—. Siento que no estás pensando en algo, más bien en alguien...
—Sí —Afirmo—. Es un chico de mi clase.
—¿Qué pasa? ¿Te gusta? —Ella me toma por los hombros y me obliga a sentarme—. ¿Qué sucede con él?
—Llevaba varios días sin ir a clases —Empiezo a hablar—. Ayer la maestra me pidió que fuera a su casa a ver qué pasaba con él. Cuando llegué, tardó en abrir la puerta y me sorprendió ver el estado en el que se encontraba: tenía ojeras, su cabello estaba despeinado y su piel se notaba pálida. —Ella me observa confundida—. Eso no es nada, sino lo que pasó después.
—Continúa —Ella me anima a seguir hablando cuando ve que hago una pausa.
—Me abrazó.
—¡¿Qué?! —Ella suelta un grito y tapa su boca en el acto—. Pero ¿por qué lo hizo?
—En el momento en que lo hizo, no tenía la menor idea de cuáles eran sus intenciones.
—Ya sé, lo apartaste de un empujón —Me da una mirada de desaprobación—. Te conozco tanto que te imagino en esa situación haciendo que el pobre chico se disculpe por acercarse a ti.
—Es que ese es el problema, no lo hice. No lo aparté, no moví ni un músculo.
Ella abre los ojos de par en par.
—Ok, eso es nuevo, Charlotte.
—Lo sé, es algo en lo que he estado pensando desde ayer.
—¿Tienes alguna idea de por qué no lo hiciste? Digo, quizás el verlo en ese estado fue un motivo para que no le reprocharas.
—Bueno, al principio estaba muy confundida. Era algo como ¿qué le pasa? ¿Por qué me abraza? Sin embargo, lo que me contó después me hizo entender su acción a la perfección.
—¿Qué te contó? —Sus ojos se abren como la persona curiosa que a veces solía ser.
—No, no creo que sea algo que pueda andar contando por ahí. Le dije que podía confiar en mí, ¿me comprendes?
—Claro, Charlotte —Ladea una sonrisa—. Pero ¿por qué estás tan pensativa? ¿Qué te preocupa?
—Vi esa mirada, Merliss. La misma mirada que había en mí, me fue posible distinguirla en sus ojos.
Ella asiente comprendiendo mis palabras.
—Aprovecha que ha confiado en ti para que puedas hablar con él, y no sé... aconsejarlo.
—Sí, de hecho lo invité a la iglesia.
—¿Crees que irá? —cuestiona Merliss un poco inquieta mientras me observa fijamente.
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El color del amor
RomanceAmor Una sola palabra que es capaz de provocar caos. Capaz de hacer de nuestras vidas algo diferente a lo que siempre creímos ser. Pero... ¿Qué es el amor? ... ¡Atención! Está completamente prohibido copiar, transmitir, retransmitir, transcribir...