Al día siguiente, miércoles, ella viajo a Brasil. Mateo estaba conmigo. Estábamos acostados en la alfombra de mi cuarto.
-Emi, que le paso a Ally? Te das cuenta de que en cualquier momento una persona puede cambiar? –dijo Mateo-
-Ally no cambio, a ella la cambiaron, es más, no la cambiaron, más bien la mataron –respondí seriamente-
-a que te refieres? –pregunto Mateo-
-enserio preguntas?
-no, solo te parece –respondió sarcásticamente- obvio que pregunto enserio
-okey, te explico entonces –me levante y abrí las cortinas de mi ventana- ves todas esas personas caminando por la calle? –pregunte señalando al otro lado de la ventana-
-si –respondió-
-bien, esas personas son parte de la sociedad, al igual que nosotros, pero nosotros estamos en contra de la sociedad, somos parte y estamos en contra. Ally tenía a sus demonios enjaulados, y la sociedad tenía la llave de la jaula, y la abrió. Los demonios de Ally se revelaron, tanto en su corazón, como en su cuerpo. Sus ojos crean un espejismo, espejismo creado con las palabras de la gente, más bien dicho de Madie y sus seguidores, por eso, cada vez que ella se ve al espejo, no ve al esqueleto en el que se está convirtiendo, ve a una persona con exceso de obesidad. Es tanto el dolor que tiene, tanto el dolor que le causaron, que se lastima como si su piel fuera papel, solo para aliviar un poco el dolor del corazón. –Respondí a Mateo-
- a ver si entiendo –dijo y luego hizo una pausa- en pocas palabras, FUCKING SOCIETY¡
-si, podría decirse que si, pero no diría que toda la sociedad, hay personas que enserio valen la pena conocer –dije-
-personas como quién? –pregunto Mateo-
-déjame pensar -3 segundos de pausa- personas como Ally, y personas como tu, Mateo
Mateo se sonrojo cuando dije eso, se veía tan tierno. Igual fue raro.
-Emi, eres muy dulce –dijo Mateo-
Me encogí de hombros y me puse roja como tomate
Mateo se fue a su casa cuando bajo el sol, y yo no dejaba de pensar en Ally.
