Capítulo 11:¿Casarse?

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El sol brillaba más que nunca en aquella parte de la pequeña isla dónde estaba situada la orilla, la mayoría de sus jinetes se encontraban ya despiertos, pero se encontraban haciendo sus distintas tareas, Patapez cocinaba, Astrid entrenaba, los gemelos con sus dragones, Patán aseandose y Hiccup con su mapa.

—Supongo que está listo.—añadió el ojiverde dándole un último vistazo a su mapa que se encontraba sobre su mesa.—¿Qué dices amigo?—le preguntó a su dragón quién se encontraba dormido.—Oh genial.—

El chico enrolló el mapa y lo guardo. Salió de su torre esperando a que ya en la caseta grupal estuviera listo él desayuno, también, deseaba que su novia se encontrará de un buen humor, al igual que los demás.

—¿Ya está el desayuno?—preguntó sentándose.

—Está en proceso.—comentaba desde adentro Patapez.

Hiccup sonrió y decidió esperar y ser paciente, luego la comida estaba lista y todos llegaron a sentarse a devorar aquellas delicias como leones ambrientos.

—¿Ésto es igual a lo que hace Heather?—preguntó Patán.

—Puede que sí, puede que no.—comentó Patán.

—La respuesta es sí.—añadió Astrid.

Todos cruzaron miradas, excepto Patán, claro.
Luego de varios minutos terminaron.

—Recuerden que nos vamos dentro de cuatro días, sólo llevense lo necesario de nuevo a Berk, de igual forma regresaremos aquí en algún momento.—habló Hiccup.

—Volver a la rutina.—comentó Brutacio.

—En estás no fueron vacaciones, Brutacio.—respondió Hiccup.

—¿Ah no?—dijo asustado el rubio.—¿¡Pues que chiste tenía esto!?—

—Agh.—Astrid hizo un faceplam.

—Yo lo seguiré tomando cómo vacaciones.—añadió Brutilda acomodándose en su asiento.

—Yo no, debo hacerle mucha falta a las chicas de Berk.—decía Patán.

—Sí... Claro.—hablaba Astrid con sarcasmo.

—Y yo volveré a mis deberes cómo Jefe.—añadía Hiccup con un suspiro.

—Sólo haz las cosas un poco más divertidas.—le recomendó Astrid mirándolo.

—Astrid tiene razón.—comentaba Patapez.—Te estresas mucho haciendo las cosas cómo eran, sólo ponle un toque Hipo.—

—Sí, será más fácil.—asentía Astrid.

—Puede funcionar.—Hiccup acariciaba su barbilla.

En otro lugar se encontraba aquella pelirroja caminando en la cocina al lado de su madre.

—Y... ¿De qué quieres hablar, ma?—preguntaba Merida curiosa.—

—Mira, sé que te vas a sentir presionada cielo, pero debes buscarlo y no esperar toda tu vida a que llegue.—hablaba dulcemente la castaña.—Josh quiere salir contigo.—

—Oh.—Merida pasó una mano por su rostro.—¿Es en serio?—

—Sí cariño, pero lo que no entiendo es que tiene de malo.—decía Elinor.—Sólo tienes que darle una oportunidad.—

—Mamá, créeme que no es mí tipo, Josh es muy... ¿Egocéntrico?, ¿Muy coqueto?—

—¿Eso que tiene que ver?—

—Mamá, sólo le importa el mismo, y cuando se molesta, ¡Parece un niño de diez años!—reclamó Merida.—Y no, no me casaré con un chico inmaduro con ataques de niño de diez años, mamá.—

—Sólo tienes que conocerlo más.—

—Agh.—ella rodó los ojos.

—Vamos Merida, dale una oportunidad al chico.—

—¿Qué gano si lo hago?—

—Sí lo haces y te gusta su actitud, pues podríamos organizar la boda.—

—Wow, wow, wow.—se exaltó Merida.—No.

—Okay, okay. En caso de que no te guste, te dejaré de molestar.—

—Me parece un muy buen trato mamá.—Merida sonrió satisfecha.—¿Y cuando sería la cita?—preguntó.

—Hoy en la noche.—

—¿Qué?—Merida abrió los ojos como platos.—Me puede suceder algo estando, o me puede hacer algo.—

—Iran a cabalgar.—

—Oh, bueno, me convence un poco, pero, no quiere decir que mi desconfianza se haya ido.—hablaba ella caminanado.

—Cielo ¿Te puedo hacer una pregunta?—

—Está bien.—

—¿Cómo es tú chico perfecto?—

—Oh eso.—la pelirroja rió nerviosa.—Bueno, no lo sé, alguien que quiera a la Merida de verdad, no a la que tiene que fingir las cosas para quedar bien.—

—¿A tí misma?—

—Sí, a la verdadera, y no por mí corona o mí puesto.—

—¿Crees que Josh este interesado en ti completamente?—preguntó Elinor.

—No lo creo, está centrado en sí mismo.—añadió Merida.

—Okay, cómo digas.—

Luego de aquella conversación un poco incómoda para Merida, sólo se dedicaron a seguir realizando las tareas diarias y alguno que otro descanso.
Merida le daba vuelta a él asunto de "casarse", puede que no sea una muy mala idea, pero, ninguno era ideal para ella, la mayoría la veía cómo una damisela en peligro por cualquier cosa que sucediera, y eso le chocaba a Merida, ella quería a alguien que la quisiera, le ayudará y realmente notará que no sólo era una cara bonita.

—¿Estás lista cariño?—decía Elinor ahora detrás de la puerta.

—Ya voy mamá.—Merida soltó un suspiro dándose cuenta que sólo se había cambiado el vestido.

Se acercó a la puerta y dejó entrar a su madre la cuál portaba un objeto pequeño con él cuál jugaban sus manos.

—Estás bellísima, cielo.—

—Gracias mamá.—

—Sólo déjame peinarte.—añadió Elinor.

—Mamá así esto...—no pudo terminar ya que su madre estaba tocándole el cabello.

Tan sólo tomó dos mechones de cada lado y los unió en la parte de atrás de su cabeza.

—Listo.—

—¿Gracias?—comentó Merida dando una sonrisa no muy sincera.

—Ahora, ve por ese hombre, linda.—comentó su madre.—Te espera abajo.—

—Probablemente regrese muy rápido.—le susurró Merida.—¡Adiós mamá!—dijo retirándose rápidamente.

—Que haré contigo, Merida.—decía suspirando.

Like The First Time [Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora